Qué es
la memoria
La memoria es un proceso mental imprescindible para el aprendizaje, ya
que se encarga de codificar, modificar y recuperar los hechos, experiencias,
pensamientos, sensaciones, etc. que formamos al percibir la realidad.
Nuestra capacidad de memoria viene modulada por otros procesos
cognitivos, como la percepción, la atención o la motivación. Esto explicaría el
hecho de por qué recordamos unos datos más fácilmente que otros. Por ejemplo,
un niño puede acordarse perfectamente de las características de todos los monstruos de su colección de cromos
(nombre, origen, poderes, etc) y tener dificultades para aprenderse las tablas
de multiplicar.
El conjunto de nuestros recuerdos se ha formado gracias a complejas
conexiones que se dan entre las neuronas del cerebro, especialmente en el
hipocampo y la corteza prefrontal.
El deterioro
de la memoria
El proceso de la memoria puede verse afectado por múltiples factores.
Entre ellos están las enfermedades degenerativas (por ejemplo el Alzheimer),
los accidentes cerebrovasculares, los traumatismos craneales, efectos
secundarios de algunos medicamentos, períodos prolongados de estrés, abuso de
sustancias, el deterioro cognitivo asociado al VIH, etc.
Algunos trastornos como la depresión, el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH) o los trastornos de ansiedad pueden cursar con
dificultades en los procesos cognitivos.
Por otro lado, dentro del proceso de envejecimiento normal pueden darse
cambios en la memoria (dificultades para recordar información que anteriormente
se evocaba sin problema), el lenguaje (“lo tengo en la punta de la lengua”) así
como en la velocidad de procesamiento (por ejemplo una mayor lentitud para
realizar un crucigrama).
¿Podemos
frenar el deterioro de la memoria?
Afortunadamente, podemos prevenir y retrasar el deterioro cognitivo.
Para lograrlo debemos tener en cuenta algunas consideraciones:
ü Es fundamental cuidar nuestra salud física a través del ejercicio
regular, una alimentación saludable y siguiendo los consejos médicos.
ü Importancia de la salud mental y emocional: la relajación, las
actividades variadas de ocio y tiempo libre, disfrutar de los familiares y
amigos, etc. además de ayudar a sentirnos felices, favorecen un adecuado
funcionamiento cognitivo.
ü Es recomendable buscar asesoramiento profesional si sufrimos estrés de
manera prolongada o síntomas de ansiedad o depresión.
ü Mantener una mente activa nos
protege de su deterioro. Diversos estudios han demostrado que el entrenamiento
y estimulación cognitiva pueden retrasar la aparición de trastornos cognitivos,
así como influir en su evolución cuando ya han aparecido.
Qué son
los programas de estimulación cognitiva
Los programas de estimulación cognitiva son diseñados y aplicados por
profesionales relacionados con la psicología y el aprendizaje. Actualmente
existen programas de corta, media y larga duración. El número de las sesiones y
su duración depende de varios factores (características de los participantes,
objetivos planteados, recursos y organización, etc.).
Un programa de estimulación está formado por un conjunto de actividades
que tienen por objetivo la prevención de trastornos cognitivos (o frenar su
evolución si ya existen) a través del entrenamiento de los procesos mentales
implicados (memoria, atención, velocidad de procesamiento, etc).
Estos programas dotan a los participantes de estrategias que pueden
utilizar en la vida cotidiana.
Componentes de los programas de estimulación de la
memoria:
Relajación
Las técnicas de relajación ayudan a que alcancemos un estado
favorable para memorizar y recuperar lo aprendido, por lo que facilitan el
aprendizaje.
Normalmente se utilizan técnicas basadas en la respiración y relajación
muscular (Relajación progresiva de
Jacobson, 1938).
Mnemotécnicas
Las técnicas de memoria son procedimientos que facilitan el
adecuado funcionamiento en las distintas fases de procesamiento de la
información (registro, retención y recuerdo). Se basan en tareas que impliquen
aprender y visualizar la información que debemos recordar de forma organizada y
significativa, a través de diversas estrategias (asociación, visualización,
organización, etc.).
Procesos cognitivos básicos
Frecuentemente los déficits
cognitivos implicados en los trastornos de memoria asociados a la edad se deben
a la poca capacidad de atención. Cuando la atención que prestamos a las
actividades cotidianas no es suficiente, impide que las realicemos eficazmente.
La dificultad para encontrar palabras no está directamente relacionada
con la edad, sino con los procesos de habla y audición. A través de ejercicios
de estimulación de la articulación podemos mejorar estas dificultades.
El entrenamiento en procesos como la atención (visual y auditiva) o el lenguaje
han demostrado favorecer el recuerdo.
Otros procesos
Los programas de estimulación cognitiva suelen dedicar un tiempo a
procesos como la percepción, la orientación espacial y temporal, las funciones ejecutivas
(organización y planificación) o el razonamiento. Algunos programas específicos
de entrenamiento de la memoria también pueden incluir estos aspectos.
Verónica Lamadrid
Psicóloga Especialista en Intervención en Dificultades del Aprendizaje
Departamento de Psicología Educativa de CIPSA
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