jueves, 26 de julio de 2012

ALGUNAS PREGUNAS FRECUENTES SOBRE LA TERAPIA DE PAREJA




¿QUÉ ES LA TERAPIA DE PAREJA?
La terapia de pareja es un encuadre terapéutico que  ayuda a las parejas a entender y resolver conflictos o a mejorar las relaciones.  Proporciona las herramientas necesarias para potenciar la comunicación y una dinámica relacional satisfactoria.

¿ES EFICAZ LA TERAPIA DE PAREJA?
Las distintas técnicas psicoterapéuticas que empleamos resultan muy eficaces en la resolución de los problemas más habituales de las parejas: insatisfacción sexual, celos, infidelidad, problemas sexuales de diferente tipo, conflictos conyugales diversos, disparidad en la educación de los hijos, aburrimiento, falta de comunicación, distanciamiento sentimental, etc.
Las estadísticas indican que la gran mayoría de las parejas que siguen el tratamiento, alrededor de un 75%, han obtenido una mejora en su convivencia.

¿CUÁNDO ACUDIR A TERAPIA DE PAREJA?
Existen signos más o menos evidentes que pueden ayudarnos a la hora de decidir realizar una primera consulta. El primer indicio tiene que ver con el malestar de uno o ambos miembros de la pareja. Y existe una larga lista de posibles detonantes del malestar que pueden ir desde  situaciones de conflicto permanente, discusiones frecuentes, infidelidades, problemas económicos, dificultades sexuales, desavenencias con la familia política, problemas de salud, adicciones, hasta cualquier evento que cambie de alguna forma la dinámica familiar o de pareja. 
La terapia de pareja fracasa si no hay compromiso por parte de la pareja. No hay que esperar al último momento para consultar y hay que darle un tiempo a la terapia para que vaya generando los cambios necesarios. La confianza en el terapeuta es fundamental, así como mantener una comunicación fluida de todas las dudas que puedan surgir en el transcurso del tratamiento.

¿CÓMO FUNCIONA?
La terapia se estructura en sesiones de 45 minutos, conjuntas o individuales.
Suele establecerse una frecuencia semanal, aunque es importante valorar el caso por si es preciso establecer una mayor frecuencia. A lo largo de las entrevistas la pareja trabajará sobre aquellos aspectos de su imaginario y de su narrativa que intervienen en su relación interpersonal.

¿CUÁNTO DURA LA TERAPIA?
La duración de cualquier terapia depende del problema que se presente, pero sobre todo de los pacientes y de su relación con el terapeuta. Va a estar en manos de su actitud, del cariño que se tengan y de la motivación y confianza que tengan ambos en la terapia. Es conveniente dar unos meses para que el tratamiento produzca efectos duraderos en las personas porque los cambios no se producen con rapidez, aunque desde las primeras entrevistas se observan cambios sustanciales en la actitud y el estado de ánimo de la pareja.

¿MI PAREJA NO QUIERE ACUDIR A TERAPIA, PUEDO IR SOLA/O?

A menudo  uno de los componentes de la pareja no quiere acudir a terapia. Por ello es habitual que gran parte de las terapias de pareja deriven de una primera consulta individual con el terapeuta. Al mismo tiempo, es bueno saber que en ocasiones una terapia individual puede repercutir positivamente en el buen desarrollo de una relación de pareja.    

¿QUÉ AFECTA A LAS RELACIONES DE PAREJA?
La personas que acuden a terapia buscan básicamente resolver una crisis puntual, solucionar problemas arrastrados desde hace años, ayuda en momentos difíciles, consejo para tomar decisiones importantes o simplemente mejorar la relación y crecer juntos. Problemas de comunicación, infidelidad, celos o falta de deseo suelen ser los motivos de consulta más frecuentes.
No hay que olvidar que los cambios afectan mucho a las relaciones de pareja: Nacimiento de los hijos, jubilación, enfermedades, reincorporación al trabajo, abandono del trabajo, relaciones con los suegros y la familia de tu pareja, decisiones importantes, etc

Dr. Carlos San Martín Blanco
Coordinador de CIPSA

miércoles, 4 de julio de 2012

CONSEJOS PARA UNAS BUENAS VACACIONES



Ahora que se acercan las tan deseadas vacaciones, es recomendable tener en cuenta algunos aspectos, ya que en ocasiones las expectativas demasiado altas, la preocupación por haber dejado cosas pendientes o la incapacidad para desconectar, pueden hacer que se conviertan en una situación estresante.
No importa el destino elegido, ya sea la tranquilidad de la playa, la aventura de la montaña, el ajetreo de conocer una gran ciudad o incluso pasar las vacaciones en casa. Lo primero que tienen que suponer esas vacaciones es una ruptura con la rutina, un cambio de lo cotidiano que permita disponer de tiempo de disfrute sin horarios marcados ni obligaciones laborales y escolares.
Lo primero que se debe hacer es dejar todo atado en los estudios o en el lugar de trabajo, asegurándose de que no quedan temas pendientes. Si es necesario puede delegarse en compañeros eficientes, y es fundamental dejar claro que no nos molesten, a no ser que sea un asunto que no pueda resolver otra persona.
Después tenemos que plantearnos una palabra clave: flexibilidad. En vacaciones se recomienda no hacer planificaciones estrictas de cada día, sino dejar margen a imprevistos, planes de última hora con propuestas apetecibles… La idea es que consigamos “cambiar el chip” respecto a nuestro día a día e incluso nos sorprendamos a nosotros mismos haciendo cosas diferentes.
Las vacaciones también son un buen momento para recuperar aficiones que quedan apartadas por el trabajo o las obligaciones, o hasta podemos buscar otras nuevas. También pueden aprovecharse para quedar con viejos amigos a los que no se ve a menudo o visitar a la familia. Puede ser simplemente disponer de tiempo para leer un buen libro.
Otros consejos útiles para plantearnos las vacaciones pueden ser:
-         Aprender a relajarse: a veces es difícil desconectar de las obligaciones. Es bueno practicar ejercicios de respiración y relajación a través de la música.
-         Pasar las vacaciones contando los días que faltan para la vuelta: impide disfrutar del momento y genera ansiedad.
-         Endeudarse: planear unas vacaciones por encima del presupuesto también es fuente de ansiedad.
-         Si las vacaciones son largas (un mes o más) es bueno ir favoreciendo la vuelta a la rutina. Podemos ir poco a poco ajustando el horario al habitual e ir recuperando tareas, en la última semana por ejemplo. Esto ayuda a prevenir el “síndrome post-vacacional”.
En conclusión, las vacaciones deben ser un recargo de energía para afrontar el siguiente período del año con motivación.
¡FELICES VACACIONES!