Cuando la gente me pregunta a qué
me dedico, digo que soy coach. La pregunta que sigue a esta respuesta es
siempre la misma : ¿y eso qué es?
Zapeando, me encuentro varios
programas en los que aparece la dichosa palabreja. Está de moda, aunque la
inmensa mayoría de la gente la ha escuchado, no saben muy bien qué es. En la
entrega de los premios Goya de cine, los galardonados dan las gracias a su
coach. Cualquier equipo de fútbol que se precie, tiene su coach. Por supuesto,
los grandes deportistas, también. Incluso para buscar a “la voz”, ya no se
contratan profesores, sino coach…
También podemos encontrarnos
cientos de libros sobre el tema. Algunos, nos venden cómo ser feliz con el
coaching en diez minutos, o que seamos coach con un pequeño curso on line, que
además es baratísimo y nos va a dar la receta de la felicidad absoluta.
Todo esto tiene su parte
positiva. Es algo de lo que se habla y crea interés, pero también, como todo,
su parte negativa. El concepto coaching no se entiende, parece que un coach es
un hombre o mujer orquesta que tiene la fórmula mágica para solucionar todos
los problemas económicos, familiares y personales simplemente con buscarle a
todo el lado positivo y pensar que es facilísimo encontrar la piedra filosofal
del siglo XXI.
Nada más lejos de la realidad. El
coaching es entrenamiento para el logro de objetivos. Y esa es la clave:
entrenamiento.
A un deportista de élite no se le ocurriría
presentarse a las olimpiadas sin haber entrenado durante cuatro años, todos los
días un montón de horas, por muy en buena forma que esté. Aunque sea el ganador
del oro en las anteriores olimpiadas. Sin entrenamiento, no se consigue nada.
Lo mismo ocurre en la vida
diaria, en la personal y la profesional. Se trata de lograr un nivel de
excelencia. Y para eso hace falta entrenar. Para la vida, también se entrena.
Ahí entra el trabajo del coach.
El coach es un entrenador de vida,un
espejo en el que te reflejas para ser TÚ. El coach no da respuestas. El coach
hace preguntas poderosas. Y eres tú quien las responde, y con ello, consigues
ese desarrollo que te lleva a alcanzar el nivel de excelencia que quieres.
Así que si lo que pretendes es
conseguir el oro olímpico sin entrenar cada día, pensando que será tu coach
quien lo conseguirá por ti, o que con entrenar unos días antes, está todo
hecho, no empieces un proceso de coaching. Pero si estás decidido a ganar el
oro y lo único que necesitas es un buen entrenador, el coaching es lo que estás
buscando.
Carmen
Bielsa Domingo
Responsable del Área de
Coaching de CIPSA