Más de veinte años de profesión, pero infinitos casos, momentos, palabras, lágrimas, dudas, felicidad, emociones... Con la complicidad y la cercanía como material común. Así pueden resumirse las carreras de Marta Arasanz, directora del Instituto Catalán de Sexología y Psicoterapia, y Ángela Carrera, directora de Cipsa. Ambas protagonizaron un Encuentro especial, auténtico, dinámico, fluido. Fue mucho más que una conversación entre ‘colegas’, un tú a tú que sirvió para hacer balance, reivindicaciones y defensa a ultranza de su vocación. El título ‘Confidencias entre Psicólogas’ se cumplió con creces, reflexión tras reflexión. La tarde prometía desde el principio, pese a la lluvia, que prometemos no recibió invitación. Aún así, armados de paraguas, ganas y expectativas más de un centenar de asistentes no faltó a la cita. Muchos habituales, fieles a esta cita mensual con contenido y esencia psicológica, otros debutaban con interés. Para todos, la empresa Tés&Company, ubicada en la calle Isabel la Católica 10, tenía preparada una degustación de tés, a cada cual más cautivador. Su aroma y la magia infusionada envolvió la sala del Espacio Fraile y Blanco, todo un lujo que nunca nos cansaremos de agradecer. Mientras nuestro querido Jesús Mazón ejercía de perfecto anfitrión, la gente comentaba en grupos, se saludaba amistosamente y aguarda el momento del vis a vis de las protagonistas. Muchos ya sabrán que Marta Arasanz está en plantilla de estos encuentros, su versatilidad y autenticidad aseguran siempre charlas cargadas de argumentos y vivencias que conectan con sus oyentes. Cual ying&yang, de blanco Marta y de negro Ángela, tomaron la palabra sin guión. Cómodas y entregadas a bucear en su realidad, sin dobleces. En unos temas ahondaron más que en otros, pero en todos mostraron su verdad. Al final fue todo un ejercicio de voayeurismo en positivo, con el público imbuido al cien por cien de sus idas y venidas en un diálogo enriquecedor.Empezaron reconociendo que, en sus inicios, era muy común que hubiera despistes respecto a su profesión. Algunos pensaban que eran astrólogas. “Soy Piscis, ¿qué me va a pasar?”. Después, al entender en qué consistía su trabajo explicaron que era frecuente recibir preguntas a bocajarro. “¿Qué me puedes decir de mi? Pero si no te conozco”, explicaba Marta Arasanz. A eso había que sumar la carga negativa que se asociaba a la Psicología, “hay un gran índice de personas que ya no consideran ir al psicólogo decir que estoy loco”, añadió. Arasanz no perdió su vena reivindicativa y dejó claro que “sigue habiendo una mala concepción de que los psicólogos debemos saber de todo, cuando tenemos especialidades”. Por su parte, Ángela Carrera reconoció que “cuando empezaba a estudiar no sabía que era la Psicología, apenas aparecía en los libros. Ahora sí se ha hecho presente y los psicólogos estamos donde está el ser humano”. Alguna idea errónea respecto a su ejercicio profesional sí se mantiene como el ‘famoso’ diván. “Muchos vienen a la consulta preguntando por él, pero está más asociado al psicoanálisis. Es la influencia de la idea americana”, comentó.Respecto a la evolución de su trabajo, Marta Arasanz compartió su preocupación de que “estamos en una sociedad muy inmediata, que quiere las cosas rápidas. Y eso se traslada a nuestras consultas”. Hizo énfasis en diferenciarse de los psiquiatras. “Ellos se llevan el prestigio y nosotros, muchas veces, el trabajo. Somos los obreros, no todo es medicar”. Ambas compartieron sus recuerdos de la primera vez en consulta, a preguntas de los alumnos de Psicología de la Universidad Europea del Atlántico, con la que Cipsa tiene firmado un acuerdo de colaboración. Hablaron de los cinco primeros años como los más difíciles, por el peso emocional y todas las dudas y miedos iniciales. “Hay que perder el miedo a enfrentarte a una persona que va a confiar en ti. Y que te entienda”, expresó Arasanz. A lo que añadió, “el gran reto de ser psicólogo es la habilidad para que esa persona confíe más en ti, lo que dicen los manuales no siempre vale”.¿Los psicólogos están hechos de otra pasta? ¿Cómo se digieren tantas historias? “Engordando”, dijo entre bromas Arasanz. “Damos más hacia afuera que a nosotros mismos. Somos buenos cuidadores”, explicó Ángela Carrera. “Perdonad, pero somos personas, cómo vamos a mantener la objetividad al 100%”, compartió su compañera. “Hay momentos en que si no te encuentras bien tienes que descansar. No puedo trasladar mis problemas a mis pacientes”, dijo Arasanz. Cada una explicó cómo desconectaba y es que, continuó, “somos grandes resistentes a la frustración. Y muchas veces tenemos que aguantar el tipo frente a historias tremendas”. Entre tantas confidencias se colaban más preguntas, unas referidas a la depresión. “Debemos distinguir entre estar triste y deprimido. Muchas veces se confunde y se receta demasiado”, manifestó Arasanz. “En algún momento de la vida hemos de vivir todas las emociones”, añadió. Otra cuestión derivó hacia la sexualidad femenina, “un concepto bastante novedoso. Antes no existía. Las mujeres también deseamos”, dijo. A lo que Ángela Carrera apuntó que “nos tenemos que apoyar más entre las mujeres. No ser tan críticas como género”.La experiencia le dice a la directora de Cipsa que “tiene que haber algún tipo de conexión entre psicólogo y paciente. Si no funciona hay que plantear un cambio de terapeuta”. “No me gusta psicologizar a la gente, pero creemos que psicológicamente no nos puede pasar nada y estamos equivocados. Lo comparo con el daño físico, hay que saber pedir ayuda”. Nuestra invitada matizó que “hay veces que, como psicólogo, dices cosas que nunca dirías como amigo”. Asi, Arasanz cerró su intervención por donde la empezó. “Hay gente que te pregunta directamente, ¿tú qué harías? Pero jamás respondo a eso, es la persona quien debe hacer su elección”. Y es que ambas profesionales siempre han sabido cuáles eran sus límites en su vocación/profesión de ayudar. Ambas terminaron su té y así de agradable nos pasó este encuentro, del que tantas conclusiones brotaron espontáneas. El próximo mes de marzo cederán el testigo a otra gran profesional, María Jesús Álava-Reyes, que presentará su libro ‘Las tres claves de la felicidad’. Reserva hueco en tu agenda.
jueves, 26 de febrero de 2015
Las confidencias de Marta Arasanz y Ángela Carrera: la Psicología contada en femenino
lunes, 23 de febrero de 2015
Las confidencias entre las psicólogas Ángela Carrera y Marta Arasanz, Encuentro de Febrero
El miércoles día 25 de Febrero, a
partir de las 20.00 horas, tendrá lugar en el Espacio Fraile y Blanco (C/Río de la Pila, 13), una nueva cita del
ciclo 'Encuentros con...', que
organiza el Centro Interdisciplinar de
Psicología y Salud (CIPSA). En esta ocasión, el ciclo modifica su formato
habitual de entrevista y se convertirá en una conversación dinámica y
distendida entre Ángela Carrera Camuesco,
Directora de CIPSA, y Marta Arasanz
Roche, Directora del Instituto Catalán de Sexología y Psicoterapia. Bajo el
título “Confidencias entre Psicólogas”,
será la oportunidad de compartir con dos experimentadas profesionales de la psicología
sus experiencias, reflexiones y vivencias en relación a su trabajo. Además, en
esta ocasión la empresa Tés&Company
ofrecerá a los asistentes una taza de té al inicio del Encuentro.
La entrada
al evento será libre, pero se precisa una invitación personal,
que ha de recogerse en la sede de CIPSA (C/Emilio Pino 6, 7º izq.), en horario
de 10.00 a 13.00 horas y de 16.00 a 21.00 horas. Para acceder al acto se tendrá
en cuenta el riguroso orden de
inscripción. En caso de no poder asistir se ruega avisen llamando al
centro, al teléfono 942.21.30.12, para así ocupar su lugar personas en lista de
espera.
Marzo
feliz. En el mes de
marzo, también el día 25, la psicóloga María
Jesús Álava-Reyes será la protagonista del encuentro, con la presentación
de su último libro 'Las tres claves de
la felicidad'. En sus páginas nos anima a mirar la vida de frente, sin
miedos. Según su lema, «Perdónate bien, quiérete mejor y coge las riendas
de tu vida». Más de treinta y cinco años de experiencia avalan
la labor de Álava-Reyes, que en ediciones anteriores ya protagonizó este
encuentro con gran éxito de convocatoria.
martes, 17 de febrero de 2015
La importancia de pasarlo bien
Uno de los puntos en común que encontramos en consulta cuando se trata de casos de ansiedad o depresión es el descuido o abandono del ocio personal. Como es comprensible, la persona se encuentra en una situación dolorosa y no tiene el estado de ánimo adecuado para poder mantener sus aficiones o intereses de tiempo libre. El sentimiento de desilusión mata toda iniciativa. Resulta curioso que siempre suele ser el primer pilar que tiramos cuando nos encontramos mal anímicamente. Incluso parece que nos llegamos a sentir culpables si continuamos con nuestras aficiones.
Si lo pensamos bien, se trata de una completa contradicción. Si
nuestras aficiones nos hacen sentir bien, ¿por qué dejamos de hacerlas? ¿No
sería buena idea usar aquello que nos trae felicidad para combatir esa pena o
angustia que nos domina? Ante esta situación, muchos pacientes nos comentan que
“no tienen ganas” o les “cuesta arrancar”. A veces las ganas hay que
fabricarlas, nada empieza si no se empieza. Lo mejor que tiene cualquier
afición es que no es una obligación, yo la empiezo y la termino cuando YO
QUIERO.
Nuestro consejo siempre es hazlo.
Si ves que te cuesta, que no logra el propósito de distraerte o hacerte sentir
mejor puedes dejarlo cuando quieras. Pero nunca dejes de comenzarlo de nuevo
cada vez que tengas un rato. No te rindas, seguro que finalmente recuperas ese
disfrute.
Y si no tienes aficiones, busca. Siempre son una buena idea. Párate un
rato a pensar qué cosas te gustan o simplemente te llaman la atención y bucea
en ellas. Recopila información y elige. Y no tienen porqué ser cosas muy
espectaculares, movidas o arriesgadas.
Cualquier cosa, por sencilla que parezca, si nos distrae y nos llena nos
sirve. El coleccionismo, las manualidades… no hace falta tampoco grandes
presupuestos.
Así que, ¡pásatelo bien!
Constanza Reyero
Psicóloga clínica, Experta en Salud Sexual y Terapeuta de Conducta de CIPSA
Psicóloga clínica, Experta en Salud Sexual y Terapeuta de Conducta de CIPSA
miércoles, 11 de febrero de 2015
Decir para vivir
Libro: 'LOS DIARIOS DEL
CÁNCER'.
Audre LORDE. Hipólita Ediciones, 2008.
Noelia Palacio, psicooncóloga de
CIPSA, nos recomienda este libro e inaugura así esta sección, en la que
compartirá publicaciones y/o películas sobre el cáncer, el afrontamiento de la
enfermedad, el papel de los cuidadores, la muerte y el duelo.
La novelista, poeta y feminista
negra norteamericana escribió anotaciones en un diario seis meses después de
serle realizada una mastectomía radical debida a un cáncer de mama.
La necesidad de narrar responde a
la necesidad humana de entenderse uno mismo. Narrar es útil a quién se cuenta y
para quién acompaña en un proceso terapéutico. Narrar no solo sirve para
hablar, entender... también se crean historias que ayudan a obtener un cambio:
acciones y respuestas. Cuando se pasa por una enfermedad oncológica, como el
caso de Lorde, la narrativa sirve como proceso para situar el sufrimiento en la
historia, situar los acontecimientos en un orden en el tiempo y abrir al futuro
a un final fiel a los valores. Esto puede permitir imaginar un medio para
enfrentarse a la adversidad y a su vez, activarse para permitir a la
experiencia de la vida ser un reflejo de la historia que cada uno quiere
proyectar. Nombrar las cosas para entenderlas y así poder actuar.
En el área de Psicooncología de CIPSA creamos un espacio común en el que dejar nombrar las cosas que duelen.
Facilitar tu narrativa como protagonista de tu propia historia y así poder
activarte y afrontar.
“Había conocido el dolor, y lo había sobrevivido. Sólo me quedaba darle
voz, compartirlo para usarlo, para que el dolor no fiera malgastado. Al vivir
una vida consciente, bajo la presión del tiempo, trabajo con la consciencia de
la muerte sobre mi hombro, no constantemente, pero lo suficientemente a menudo
como para que deje una marca sobre todas las decisiones y las acciones de mi
vida. Y no importa si la muerte llega la semana próxima o dentro de treinta
años; esta conciencia da otra actitud a mi vida”.
Lorde
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