Los hombres y las mujeres somos físicamente diferentes es evidente, pero ¿y psicológicamente? , con esta pregunta comenzamos nuestro encuentro con el Doctor Carlos San Martín Blanco, Doctor en Medicina por la Universidad de Maryland (EEUU) y Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Cantabria. Especialista en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por la Asociación Española de Sexología Clínica y el Instituto de Sexología de París, es además Máster en Terapia Familiar por la Universidad de Maryland (USA) y Máster en Psiquiatría y Salud Mental por la Universidad Europea. Está acreditado como Psicoterapeuta por la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas) y es Coordinador y cofundador de CIPSA desde 1994, con más de 20 años de experiencia en el ámbito clínico y docente, con una larga experiencia y formación en prevención e intervención en Violencia de género, su labor en el ámbito de la Violencia de Género fue reconocida por el Gobierno de Cantabria en 2011 con su máximo galardón, es autor o coautor de una veintena de publicaciones de carácter científico, Presidente de Congresos y Comités científicos, ha participado y dirigido estudios e investigaciones, es Director del Master en Sexología Médica de la Universidad Europea del Atlántico y un sinfín de labores, galardones y estudios más, un honor contar con él en nuestro último encuentro de la temporada.
A la pregunta planteada al
principio el Dr San Martín nos afirma que cerebralmente
somos diferentes, es algo evidente, aunque nos cuenta que hasta las 8
semanas de embarazo el cerebro es femenino, en el momento que se masculiniza es
cuando se produce la diferenciación, con áreas cerebrales desiguales , tal como
la de la agresividad, 2 veces mayor en los hombres, mayor disparidad cerebral
en el área de la memoria emocional y una larga lista de diferencias anatómicas
que nos llevan a diferencias comportamentales. “Las diferencias biológicas marcan unas
diferencias conductuales”, “Lo innato tiene repercusión en lo conductual”.
Carlos nos cuenta un dato
interesante sobre un experimento realizado en un grupo de monos a los que se
les cortaba el dedo índice y aprendían a realizar las funciones con el dedo
corazón, mediante la modificación cerebral
correspondiente, para adaptarse al cambio. Nos hacemos una idea del
poder del cerebro.
En este momento comienzan las
preguntas para conocer las diferencias entre los marcianos y las venusianas,
nuestro invitado nos explica como los marcianos
están preocupados por las cosas, la eficiencia, la demostración de éxito y
poder a través de lo que hacen, de las acciones, no les gusta pedir ayuda,
prefieren arreglárselas solos y demostrar que pueden solucionar las cosas. Sin
embargo en Venus las cosas son diferentes,
las mujeres están preocupadas por las emociones y por las relaciones con
los demás, no por las cosas, “A vosotras
contar lo que os pasa ya os supone un alivio”, para las venusianas es
importante hablar de cómo nos sentimos, y ellos hablan de lo que hacen.
Vamos a una queja típica de la
mujer hacia el hombre, “NUNCA ME ESCUCHAS”, Carlos nos desvela el misterio,
parece ser que los marcianos si escuchan pero no de la manera que nosotras
quisiéramos ser escuchadas, el cerebro masculino quiere aportar una solución y
se pone a trabajar en ello sin embargo la mujer solo quería ser escuchada,
desahogarse, pero el hombre al ver que no puede ofrecer una solución se agobia
y desconecta. ¡Sí que somos de otro planeta!
¿Y los hombres de que se quejan?,
pues parece ser que se sienten
cuestionados continuamente por las mujeres, les damos lecciones de cómo
hacer las cosas e incluso sentirse, siempre con buena intención, pensando que
mejoraremos su vida, pero resulta que no les gusta, ¿Quién les entiende? ;-)
También descubrimos algo muy
curioso, la Nothing Box o caja de la
nada de los hombres, ¿Qué hay ahí dentro?, ¡nada! nos dice nuestro invitado, es
la forma de desconectar de los marcianos, lo necesitan cuando se sienten estresados
agobiados por algo, se meten en su cueva, ya que el hombre canaliza o procesa
el estrés de fuera hacia adentro y las mujeres al revés, por eso nosotras
necesitamos hablar. “Los hombres necesitan espacios privados, no es un ataque
hacia vosotras”, por ejemplo cuando un marciano se da cuenta de que hay un
vínculo, que está comenzando una relación y hay compromiso, de que tal vez
pierda parte de su autonomía y poder, se asusta y necesita meterse en esa cueva
y procesar, “luego sale solo, hay que dejarlo” nos comenta Carlos.
En este punto del encuentro y
vistas las diferencias entre hombres y mujeres nos preguntamos si existe algún diccionario de venusiano a marciano, ya
que si no somos capaces de comprender el mensaje de nuestra pareja lo
interpretaremos desde nuestra perspectiva y eso nos puede causar muchos
malentendidos. Nuestro invitado nos comenta frases típicas como “es que no
salimos nunca”, “estoy agotada, ya no puedo más”, “esta casa está siempre hecha
un desastre” y su traducción, es decir como lo entiende el hombre y lo que
quiere decir la mujer y entre carcajada y carcajada porque todos nos sentíamos
identificados, descubrimos que los hombres tienden hacia la personalización y
no les gusta que cuestionen su valía.
Otro problema común es la dificultad
que tiene los hombres para dar veracidad a lo que dicen, por ejemplo en el caso
de la típica pregunta: “¿Qué te pasa
cariño?, a lo que él responde: “Nada”,
pues la realidad es que no les pasa nada pero las venusianas no les creemos,
pensamos que no quiere hablar con nosotras, que nos ignora…cuanto malentendido.
Continuamos con el deseo y las diferencias entre el hombre
y la mujer al respecto, el deseo del hombre es estímulo-dependiente, sin
embargo el de la mujer va unido a la intimidad, necesita generar intimidad para
desear. También hablamos sobre los enfados, las discusiones, como no empeñarnos en solucionar las cosas en
momentos en los que no debemos, porque enfadados decimos cosas que no están
bien , “cuidamos muy poco el trato, hay que tratar bien al otro, hablar bien,
discutir bien” nos comenta el Dr San Martín.
¿Cómo hacer para que el amor
perdure? “las relaciones humanas tienden al deterioro, al desgaste, hay que
intentar evitar eso”, pero eso no quiere decir que tengamos que continuar con
una relación en la que no somos felices, “a veces el fracaso es continuar, no romper
“. Carlos nos comenta que las parejas que duran es porque maduran juntas, evolucionan conjuntamente y también nos comenta
sobre la importancia de la incertidumbre,
“la tenemos miedo y es parte de la vida, no sabemos cómo nos ira en la
relación, lo que pasará en el futuro y por eso a veces construimos un mundo de fantasía”.
En las relaciones tenemos que currárnoslo, le preguntamos a nuestro invitado porque rompen las parejas
y él nos dice que básicamente porque se
abandonan, creemos que con querernos ya está y no, hay que trabajar.
Pasó el tiempo volando y
enseguida llegó el turno de preguntas en el que se habló sobre infidelidad, estabilidad
emocional de la mujer y hormonas, empatía y asertividad como claves en una
relación, deseo, parejas del mismo sexo, diferentes géneros, disfunción
eréctil…y se nos acabó el tiempo demasiado rápido.
Tenemos que agradecer al Doctor
Carlos San Martín que nos dedicara su tiempo y nos hiciera pasar un rato tan
agradable, además de enseñarnos tantas cosas haciéndonos reír a la vez.
¡Gracias Carlos! Ha sido un lujo.
Quiero aprovechar también para
agradecer a Ángela Carrera, Directora de Cipsa, su dedicación y gran trabajo
preparando y llevando estas entrevistas de una manera tan amena y divertida, en
la que aprendemos a la vez que disfrutamos. ¡Gracias Ángela! También ha sido un
lujazo.
Y con este encuentro terminamos
la temporada, esperamos regresar en Octubre, ¡estad atentos! Ha sido una gran
temporada con invitados de lujo y grandes aportaciones, además de buenos momentos.
Gracias a todo el equipo por su esfuerzo. Volvemos pronto.
Un saludo a todos
Regina Calderón
Psicóloga. Alumna del Máster en
Psicología General Sanitaria de la UNIR
Departamento de Psicología Clínica de CIPSA
Psicóloga. Alumna del Máster en
Psicología General Sanitaria de la UNIR
Departamento de Psicología Clínica de CIPSA