Últimamente
los medios de comunicación se han hecho eco de casos de deportistas
profesionales que han consumido sustancias no permitidas, así como titulares
que hablan de operaciones contra el tráfico de anabolizantes y sustancias
hormonales destinadas a deportistas en España.
Estos
datos nos hace reflexionar, por un lado, sobre el motivo por el que una persona
que se llama a sí misma deportista utiliza este tipo de sustancias y, por otro,
a cerca del aumento de su consumo en jóvenes (deportistas o no).
Causas del consumo
Existen
diversas causas asociadas el uso de este tipo de sustancias, las más relevantes
son:
Deseo de aumentar el rendimiento físico
Las
razones por las que los deportistas consumen estas sustancias dependen del tipo
de deporte que practican:
§
aumentar la masa muscular, su potencia
y/o resistencia
§
mejorar el rendimiento en las
competiciones
§
realizar entrenamientos de mayor
intensidad y duración, con menor tiempo de recuperación entre ejercicios
Múltiples investigaciones
sugieren que los esteroides anabolizantes y hormonas estimulan el crecimiento
de los tejidos, favoreciendo el aumento de masa muscular, no obstante, no está
claro que incrementen la fuerza muscular, la agilidad o la resistencia.
Factores socio-culturales
La cultura
del culto al cuerpo y a la juventud podrían explicar su consumo fuera del
ámbito deportivo. En ocasiones, los hombres
recurren a estas sustancias con el objetivo de conseguir un cuerpo musculoso o
de mantener el deseo sexual. Por otro lado, las mujeres las utilizan aunque en
menor medida.
Los
chicos jóvenes ven en estas sustancias una vía rápida para mejorar los niveles
de fuerza, potencia y velocidad, tradicionalmente asociadas al estereotipo
masculino.
Factores psicológicos
Junto
con el deseo de incrementar el rendimiento deportivo y los factores
socioculturales, existen otras causas de
la ingesta de anabolizantes y sustancias hormonales:
ü
Deseo de mejorar la autoconfianza
ü
Necesidad de ser aceptados socialmente
(especialmente en adolescentes y jóvenes)
ü
Creencia de que estas sustancias no
son perjudiciales para la salud
ü
Algunos deportistas afirman sentir
sensaciones de euforia al ingerirlas
ü
Otros afirman que consumen por
indicación de su entrenador/a y/o para colaborar con el equipo
ü
Posibilidad de recuperarse antes de
una lesión
ü
Deseo de vencer, de ser el/la mejor,
de obtener recompensa económica o de reconocimiento social
ü
El uso de estas sustancias se
relaciona con trastornos como la vigorexia
(deseo obsesivo de tener un cuerpo voluminoso y absolutamente musculado).
Todos
estos factores, junto con el fácil acceso a estos productos ( especialmente en
Internet) en ocasiones comercializados bajo el nombre de “suplementos
nutricionales”, hacen que el mercado de sustancias dopantes esté en auge. Este
“mercado negro” supone un negocio para algunos gimnasios y comercios
relacionados con el deporte, ya que genera grandes cantidades de dinero.
Más riesgos que
beneficios
Hormonas
como la testosterona, la eritropoyetina (que favorece la producción de glóbulos
rojos) o la hormona de crecimiento (que estimula el crecimiento y reproducción
de las células) pueden consumirse bajo prescripción médica para tratar diversas
patologías. Pero también son utilizadas como sustancias dopantes en el mundo
del deporte.
Además
de las consecuencias en la carrera de los deportistas profesionales (ya que son
sustancias prohibidas), también existen otras relacionadas con la salud.
Los
efectos de estas sustancias son variados y dependen de la dosis y del periodo
de tiempo que se han consumido. Muchos de esos efectos ponen en riesgo la salud
de la persona y algunos de los problemas que generan pueden ser irreversibles.
-
Ginecomastia (aumento del tejido del seno en el hombre)
-
Acné y pústulas inflamatorias en la piel
-
Afecciones del hígado (alteración de
los enzimas hepáticos, colestasis hepática, peliosis hepática y tumores hepáticos)
-
Mayor riesgo de accidentes
cardiovasculares
-
Las mujeres pueden sufrir aumento del
vello corporal, crecimiento del clítoris y alteraciones del ciclo menstrual.
-
Alteraciones de la conducta:
especialmente irritabilidad y conducta agresiva.
-
Mayor incidencia de trastornos de ansiedad y
depresión en los consumidores de estas sustancias
-
Algunas personas desarrollan dependencia a estas
sustancias. El síndrome de abstinencia cursa con síntomas como pérdida de
apetito, depresión, ansiedad, insatisfacción con la imagen corporal, deseo de
tomar los esteroides, fatiga, disminución del deseo sexual, dolor muscular y
articular, etc.
Para reflexionar
A
continuación aparecen algunos interrogantes sobre el tema tratado:
§
¿Cuáles son las verdaderas razones del
consumo de sustancias prohibidas en el mundo del deporte?
§
¿Qué factor tienen mayor peso?
§
¿Qué papel tiene la Psicología del
Deporte, la Psicología clínica y la Psicología Educativa en la prevención y
tratamiento del problema?
Verónica
Lamadrid
Departamento
de Psicología Educativa de CIPSA