Ahora que se acercan las
tan deseadas vacaciones, es recomendable tener en cuenta algunos aspectos, ya
que en ocasiones las expectativas demasiado altas, la preocupación por haber
dejado cosas pendientes o la incapacidad para desconectar, pueden hacer que se
conviertan en una situación estresante.
No importa el destino
elegido, ya sea la tranquilidad de la playa, la aventura de la montaña, el
ajetreo de conocer una gran ciudad o incluso pasar las vacaciones en casa. Lo
primero que tienen que suponer esas vacaciones es una ruptura con la rutina, un
cambio de lo cotidiano que permita disponer de tiempo de disfrute sin horarios
marcados ni obligaciones laborales y escolares.
Lo primero que se debe
hacer es dejar todo atado en los estudios o en el lugar de trabajo,
asegurándose de que no quedan temas pendientes. Si es necesario puede delegarse
en compañeros eficientes, y es fundamental dejar claro que no nos molesten, a
no ser que sea un asunto que no pueda resolver otra persona.
Después tenemos que
plantearnos una palabra clave: flexibilidad. En vacaciones se recomienda no
hacer planificaciones estrictas de cada día, sino dejar margen a imprevistos,
planes de última hora con propuestas apetecibles… La idea es que consigamos
“cambiar el chip” respecto a nuestro día a día e incluso nos sorprendamos a
nosotros mismos haciendo cosas diferentes.
Las vacaciones también
son un buen momento para recuperar aficiones que quedan apartadas por el
trabajo o las obligaciones, o hasta podemos buscar otras nuevas. También pueden
aprovecharse para quedar con viejos amigos a los que no se ve a menudo o
visitar a la familia. Puede ser simplemente disponer de tiempo para leer un
buen libro.
Otros consejos útiles
para plantearnos las vacaciones pueden ser:
-
Aprender a relajarse: a veces
es difícil desconectar de las obligaciones. Es bueno practicar ejercicios de
respiración y relajación a través de la música.
-
Pasar las vacaciones contando
los días que faltan para la vuelta: impide disfrutar del momento y genera
ansiedad.
-
Endeudarse: planear unas
vacaciones por encima del presupuesto también es fuente de ansiedad.
-
Si las vacaciones son largas
(un mes o más) es bueno ir favoreciendo la vuelta a la rutina. Podemos ir poco
a poco ajustando el horario al habitual e ir recuperando tareas, en la última
semana por ejemplo. Esto ayuda a prevenir el “síndrome post-vacacional”.
En conclusión, las
vacaciones deben ser un recargo de energía para afrontar el siguiente período
del año con motivación.
¡FELICES
VACACIONES!
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