lunes, 2 de enero de 2017

Regalos, regalos, regalos...



Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan.
En estas fiestas los regalos adquieren un lugar central. Esto ha sido aprovechado por algunos sectores para incitar al consumo desenfrenado en el que se confunde el valor del objeto con su coste económico. Hay quienes disfrutan mucho y quienes reniegan de ellos por considerarlos una obligación social y un acto puramente consumista. Y podría ser así... ¿o no? Nos hemos olvidado del verdadero significado del acto de regalar como un gesto que esconde poderosos efectos para el que lo da y para el que lo recibe. ¿Conocemos de verdad la función de los regalos?
FESTEJAR LA AMISTAD: Fortalece las relaciones sociales porque es una forma de expresar sentimientos de lealtad y camaradería. Ayuda a cultivar los lazos de la amistad: confianza, cariño, seguridad... Celebrar el privilegio de la amistad
EXPRESAR SENTIMIENTOS: A veces no logramos expresar los sentimientos con palabras: la gratitud, el efecto, el reconocimiento y otros sentimientos pueden expresarse a través del valor simbólico de un regalo, escogido y preparado con dedicación. La calidad de nuestras relaciones mejora con el deseo deliberado de compartir y expresar emociones de forma verbal o simbólica.
TRASMITIR BUENOS DESEOS: De salud, de pronta recuperación al enfermo, de felicidad a los recién casados, de éxito a un amigo que inicia un proyecto, buenos augurios al recién nacido,... Acompañar estos deseos con un regalo que combine belleza y simbolismo, prolongará más tiempo nuestra acción y el efecto psicológico en la persona a quien se regala
SORPRENDER: Algo imprevisto es un  aliciente para las relaciones, de amistad, familiar o de pareja. Sorprenderse mutuamente es muy importante para mantener la llama inicial ya que rompe la rutina y renueva la expresión de amor: la persona se siente halagada y especial y además nadie desea sorprender a otro a no ser que sea importante para él. Esto ayuda a aumentar la autoestima en quién recibe el regalo.
SEDUCIR: El envoltorio de un obsequio esconde un misterio por desvelar y trasmite mensajes directos y ambiguos a la vez. Es como un juego de seducción. Los regalos dicen mucho de quien los realiza de forma sutil
HACER FELIZ A OTRO: Es una fuente de alegría también personal. Esa satisfacción compartida es un momento casi mágico en que los dos se sienten especiales, uno por recibir y el otro al despertar esos sentimientos. Esto aumenta la autoestima de ambos.
DIVERTIRSE: Especialmente cuando se regala en grupo. Divertirse con el juego que acompaña al acto de obsequiar y ser obsequiado. Por ejemplo el “amigo invisible”, tan común en Navidad. También los encuentros familiares junto a los regalos de los Reyes Magos, si se dejan los posibles rencores y las dificultades para otro momento.
PREDISPONER A OTROS A NUESTRO FAVOR: Los regalos también se utilizan como estrategia para fines interesados. Quien los recibe se siente más o menos impelido a juzgar a favor de quien se lo ha entregado (Ej. algunas cestas navideñas entre empresas)
SEGREGAR ADRENALINA: El proceso de imaginar y decidir el regalo, invertir tiempo en los preparativos, compararlo o elaborarlo con cariño, el  miedo a no acertar,... produce una incertidumbre que no termina hasta ver la cara y la reacción del obsequiado. Es un pequeño-gran reto que segrega adrenalina- hormona  que nos hace disfrutar de la vida.
En el próximo blog que colgaremos mañana, os daré ideas de cómo descubrir el regalo ideal.
Un abrazo de 20sg para cada lector.
Angela Carrera
Psicóloga Clínica
Directora de CIPSA

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