La detención reciente del presunto pederasta de Ciudad Lineal y de otros abusadores sexuales ha mantenido en estas
últimas semanas la atención mediática y la preocupación social puesta en este
tipo de conductas y delitos. Por eso, es importante saber de
lo que hablamos al emplear algunos términos como pederastia y pedofilia, que
no son exactamente lo mismo.
La palabra pederastia es
la apropiada para referirse al abuso sexual que se
comete con niños, y no pedofilia o
su variante paidofilia, que alude únicamente a la
atracción erótica o sexual que una persona adulta siente por los
niños, aunque no abuse de ellos. El avance de la nueva edición
del Diccionario académico incluye bajo pederastia la acepción
‘inclinación erótica hacia los niños’, significado que comparte con pedofilia; pero
no sucede lo mismo al contrario, es decir, la definición de pedofilia no
recoge el abuso de menores.
Así, las personas que sienten
atracción erótica hacia los niños pueden ser llamados pedófilos o pederastas,
pero, si han consumado actos sexuales con ellos, si se ha producido abuso, lo
apropiado es usar el término pederasta, no pedófilo. Además, como explica el Diccionario
de términos médicos, «en los últimos años se aprecia una tendencia a
reservar el término pedofilia para designar la mera
atracción sexual o tendencia parafílica, y se prefiere pederastia para
la relación sexual como conducta delictiva (tipificada como abuso sexual)».
Por todo ello, se
recomienda emplear pedofilia para
hacer referencia a la atracción erótica hacia los niños y reservar pederastia para
los abusos sexuales cometidos contra ellos.
Carlos SAN MARTÍN
Doctor en Medicina. Sexólogo. Psicoterapeuta. Coordinador de CIPSA
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