La variedad en cuanto a formas,
colores y sabores hacen del preservativo un elemento lúdico y erótico más en
las relaciones
Las nuevas generaciones están
relajando el uso de métodos preventivos de enfermedades de transmisión sexual
En la vida existen dos grupos de
hombres: aquellos que piensan que el preservativo resta sensibilidad y placer a
las relaciones sexuales y aquellos que disfrutan del mismo modo con él que sin
él. ¿De qué lado estás tú? Si eres de los primeros, probablemente sea porque
aún no hayas encontrado el preservativo que mejor se adapte a tus necesidades.
O porque aún vivimos una sociedad cargada de prejuicios donde se ve al
preservativo como un enemigo necesario y no como un elemento fundamental
de las relaciones. O porque aún no sabemos que un condón puede convertirse en
un ingrediente sexual más que, dentro del repertorio erótico de una pareja,
puede dar mucho, pero que mucho juego.
Los expertos en la materia lo
tienen muy claro: "Hoy en día la variedad de preservativos en cuanto a
facilidad de uso, formas, colores y sabores nos permite un ingrediente
lúdico y erótico en su empleo" asegura a EL MUNDO Carlos San Martín
Blanco, doctor en Medicina, sexólogo y director del Centro Interdisciplinar de
Psicología y Salud (Cipsa) de Santander. Por ello, mantiene el experto,
"no debe ser su uso como un inconveniente sino como un aliado que solemos
recomendar para que entre a formar parte de la propia erótica de la
pareja".
Es cierto que los clichés en
cuanto al preservativo han cambiado mucho en los últimos años, de hecho los
resultados de un estudio norteamericano publicado hace dos años en la revista The
Journal Sexual Of Medicine, una de las más prestigiosas en esto de la salud
sexual, mostraban reacciones positivas hacia él. Las calificaciones de sexo de
una muestra representativa de hombres y mujeres de entre 18 y 59 años eran en
gran parte bastante altas, con pocas diferencias basadas en el condón y el uso
de lubricante.
Mitos y leyendas. Pese a todo, sigue habiendo
detrás del preservativo muchos mitos y leyendas urbanas que los
jóvenes y no tan jóvenes siguen creyendo a pies juntillas. Por ejemplo, eso de
que no se siente el mismo placer, que resta espontaneidad al encuentro sexual o
que en el momento de ponerlo puedes perder la excitación y por tanto, la
erección. "Todo esto, no son más que mitos", afirma Oscar Ferrani,
divulgador sexual y colaborador de Amantis.
"Si piensas así es porque no
has encontrado el preservativo adecuado para ti. Por eso, es necesario que
veas, que pruebes y que elijas aquél con el que más cómodo te sientas",
afirma este experto. Y eso es fácil porque hoy en día existen cien mil y una
variedades. En esto del preservativo está todo o casi todo inventado:
piensa en uno de un tamaño, color o sabor determinado y seguro que ya existe en
el mercado. Incluso, como publicó EL MUNDO recientemente un grupo de jóvenes
británicos ideó el condón semáforo que avisa de las enfermedades de
transmisión sexual (ETS), aunque de momento es sólo una idea.
"Si encuentras de verdad el
preservativo ideal para ti, te sentirás cómodo con él y el placer en las
relaciones sexuales no cambia absolutamente nada", confiesa Ferrani. De
tal manera que incluso, en el momento de ponerse el preservativo puede ser un
momento de juego muy importante dentro de la relación y no de ansiedad como lo
es para algunas personas.
Uso y desusos del preservativo. Es necesario que los jóvenes
estén familiarizados con el preservativo porque no debemos olvidar que este
método es fundamental para evitar embarazos no deseados y ETS, algo que pese a
la mucha y accesible información que existe en la actualidad, siguen
aumentando. De hecho, los últimos datos publicados señalan que una de cada
cinco jóvenes españolas no utiliza ningún método anticonceptivo.
Según San Martín, "se está
produciendo en relación a generaciones anteriores un cierto relajo en la
necesidad de ejercer un sexo seguro. La percepción de enfermedades como el
VIH/SIDA como no letales, genera un cierto exceso de confianza que se
traduce en un descenso de la prevención".
Pese a todo, los jóvenes
españoles sí usan el preservativo, o al menos así lo manifiestan. Según el
estudio Daphne de 2009 que señala el doctor San Martín, los jóvenes españoles
de entre 15 y 24 años son los que más dicen usar el preservativo de toda
Europa. Casi el 60% afirma que es su método habitual. Eso sí, el 30% reconoce
que no lo usa siempre por lo imprevisto de las relaciones (de juerga por la
noche, con alcohol de por medio) o la euforia del momento. El estudio recoge el
crecimiento del porcentaje de uso de anticonceptivos, que ya llega al 97%.
Por otra parte, y según la
Encuesta de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) de 2014, el
preservativo es el método anticonceptivo principal utilizado por el mayor
número de mujeres en edad fértil (31,3%), lo que representa el 42% entre
aquellas que utilizan algún método anticonceptivo, seguido de la píldora
(16,2%).
La píldora, en el segundo puesto. Analizando la evolución de
diferentes datos, "observamos que el empleo del preservativo va
disminuyendo de forma progresiva, sobre todo en las relaciones
pseudoestables", afirma el doctor. Esto es, el preservativo se utiliza al
comienzo de la relación pero según va avanzando y ésta comienza a ser más
estable, su uso se desecha y empiezan a utilizarse otros métodos
anticonceptivos como la píldora sobre todo, que es según las encuestas el
segundo método más utilizado en España en la población en general.
Este hecho "genera una
dinámica de monogamia seriada que expone a los jóvenes a un mayor riesgo de
ETS", sostiene el profesional. Sin embargo, y teniendo en cuenta todo este
panorama, "parece claro es que el preservativo es el método anticonceptivo
principal más frecuente en todos los tramos de edad, si bien su utilización tiende
a descender con el paso de los años", concluye.
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