El avión es uno de los medios de transporte
cada vez más utilizado, porque nos permite llegar mucho antes a nuestro destino,
por su seguridad (es más seguro que un coche) y porque el coste del billete cada
vez es más asequible. No obstante, siendo conocedoras de sus
ventajas, existe un porcentaje bastante elevado de personas que sienten y
sufren de miedo a volar. Algunas perciben el subirse a un avión como un mal trago
soportable a duras penas, y otras lo sienten como una experiencia imposible y terrorífica, a la que se evita. Se
sienten angustiadas, frustradas e incapaces, pudiendo afectar a su autoestima. Si éste es tu caso, no te sientas sólo/a, millones
de personas de todo el mundo lo tiene.
Es una de las fobias más frecuentes entre
la población, la cual limita la capacidad de desplazamiento, afectando a la vida personal y profesional de
forma importante. Puedes perderte una celebración o cualquier acontecimiento
social, como la visita a un amigo, a un hermano o la asistencia a un evento
deportivo, o no poder conocer un lugar fascinante. Puede suponer no asistir a
reuniones importantes, perder la oportunidad de mejorar en el trabajo o de
acceder a formación valiosa. Este miedo
puede hacernos pasarlo realmente mal en
el trayecto del vuelo, impidiendo el disfrute del viaje pensando en el de
vuelta, etcétera. Sin embargo, con una adecuada
terapia, impartida por profesionales expertos, esta fobia puede superarse de
forma eficaz y razonablemente rápida en la mayoría de los casos.
Veamos qué aspectos tenemos en cuenta para
superar esta fobia:
| Pasos para superar el
miedo a volar |
1. Estar
motivado/a: significa decidir
afrontarlo porque quieres superar un miedo que te limita.
Podemos elaborar una lista con las ganancias que nos reporta el superar esta fobia, como puede ser mejorar
la autoestima, mejorar relaciones personales, ganar tiempo o ahorrar dinero…,
las que en concreto sean para ti importantes. Estos motivos los tendrás
presentes durante todo el proceso de afrontamiento.
2. Encuadrar el problema: Supone
identificar correctamente ese miedo asociado al
avión: si es miedo a que el avión se estrelle (aviofobia), si tienes
problemas con los espacios cerrados (claustrofobia), miedo a las alturas
(acrofobia), crisis de pánico, miedo a lo desconocido, desconfianza en los
demás, o una combinación de algunos de ellos. También evaluamos los
síntomas fisiológicos del miedo que presentas (palpitaciones, respiración
agitada, sensación de ahogo, tensión muscular, malestar de estómago, sudoración
excesiva, manos frías…).
Identificamos y describimos los pensamientos irracionales que están asociados a ese miedo.
Hacemos una lista: al escribir los pensamientos que te asustan, empezarás a
darte cuenta de cuáles son tus principales miedos asociados a volar. Y reconocemos
tanto las conductas (como
puede ser ver noticias sobre accidentes aéreos, preguntar a otras personas cómo
fue su vuelo, si hubo turbulencias, la hipervigilancia, conductas
supersticiosas antes de salir de casa o al subirse al avión, estar pendiente de
ruidos y conductas de otros pasajeros durante el vuelo, de las caras de la
tripulación para ver indicios de preocupación…), como
la información errónea sobre los aviones y los vuelos, que favorecen y
mantienen ese miedo.
Toda esta información la
utilizaremos para determinar las estrategias adecuadas que vamos a aplicar.
3. Aplicar
las estrategias apropiadas para cada caso: Trabajando dentro de la Terapia Cognitiva Conductual, utilizamos
técnicas cognitivas para frenar o interrumpir esos pensamientos catastrofistas y así poder reemplazarlos por pensamientos racionales sobre volar.
Nos apoyamos en información veraz sobre la seguridad del aparato, tripulación,
planes de emergencia, turbulencias y otras condiciones meteorológicas, aerodinámica,… u otras cuestiones que formen
parte de tu preocupación. Nos ocupamos de
esos pensamientos sobre la propia capacidad de autocontrol o cualquier otro
tipo de pensamiento que hace que experimentes ese temor.
Te enseñamos a
controlar los síntomas fisiológicos que se puedan
manifestar, a través del entrenamiento en diferentes técnicas, dependiendo de
tu caso concreto:
# Técnicas de relajación muscular progresiva.
# Técnicas de relajación de los músculos que
intervienen en la respiración
(músculos del pecho, diafragma y garganta).
# Técnicas de relajación autógena.
# Ejercicios para controlar la respiración.
# Técnicas de visualización, etcétera.
También, tenemos en
cuenta una serie de recomendaciones y estrategias conductuales durante el vuelo,
que van a facilitar la experiencia de volar (como la posición más adecuada para
los momentos de turbulencias…).
Mediante la aplicación de la técnica de hipnosis clínica, y entrenándote en auto-hipnosis, puedes aprender
a afrontar de una manera con
menos coste emocional, y en menor tiempo, cualquier situación que te produce
temor, incluido subirte y viajar en un avión.
Con esta técnica, antes de
iniciar el viaje inaugural (primer vuelo),
te preparamos en la vivencia del mismo, practicando
y aplicando las estrategias y pasos aprendidos, para facilitar su manejo
durante el primer y siguientes vuelos.
Así, aprendes a eliminar tu ansiedad
anticipatoria. Una vez que te das cuenta que puedes controlar tus pensamientos,
tu tensión muscular o tu respiración, y que sabes que hacer en determinadas
circunstancias, el subir a un avión ya
dejará de ser un gran problema. Las claves para disolver tu miedo son conocer
las técnicas que aplicarás para controlar tus pensamientos y respuestas fisiológicas
y, utilizarlas en el momento que necesites responder al miedo.
4. Preparar
un plan de vuelo personalizado:
Supone establecer los pasos que vas a dar durante el día
del primer vuelo, con la especificación de las técnicas que vas a
utilizar en cada momento para afrontar el miedo: tareas y estrategias antes de
salir de casa (verificación del equipaje...), durante el viaje al aeropuerto, en
la facturación del equipaje, al subir a bordo, durante el desplazamiento del
avión sobre la pista, el despegue, el crucero, el descenso, el desplazamiento
del avión hacia el aeropuerto y durante la salida del avión y el recorrido por
el aeropuerto. Tenerlo previamente preparado te permitirá afrontar la situación
con mucha más tranquilidad y de una manera eficaz.
Supone también elegir la fecha y hacer la reserva. Al
planificar el primer vuelo, es importante tener en cuenta la posibilidad de
volar varias veces antes de pasar dos o tres meses.
Que no se dilate en el
tiempo, lo que te permitirá reafirmarte y no dudar de tu propia habilidad para volver
a hacerlo. Durante estos primeros vuelos, irás perfilando las estrategias hasta
el punto en el que la experiencia de volar no suponga ningún problema.
Recuerda, este miedo se puede superar de
manera relativamente rápida y eficaz, con una terapia apropiada y con la ayuda de profesionales expertos.
Berta Ayerbe García
Psicóloga,
Especialista Universitaria en Hipnosis Clínica.
Equipo
Profesional de CIPSA.
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