Gozar de una buena auto-estima es una inquietud del ser humano y algo por lo que luchamos constantemente. Sin embargo, hay personas que nunca llegan a alcanzar una imagen de si mismas con la que se sientan bien.
El valor que nos damos, se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que hemos ido recogiendo sobre nosotros mismos a lo largo de la vida; creemos que somos listos o tontos, nos gustamos o no. Todos esos miles de impresiones, evaluaciones y experiencias, se juntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos
No hay que confundir la auto-estima con el auto-concepto.
El auto-concepto es la definición que hacemos de nosotros mismos.
La auto-estima es el aprecio, la consideración y la valoración que hacemos de nosotros mismos, de nuestro auto-concepto.
Por ejemplo al decir “Yo mido 1'90. ” describimos un rasgo neutro.
Si decimos “Yo soy alto o muy alto” expresamos dónde se ubica ese rasgo.
Si además añadimos “Me gusta ser alto o Me gustaría ser todavía más alto” estaríamos valorando lo que sentimos respecto a ese rasgo neutro que es nuestra talla.
Y, ¿por qué es tan importante la auto-estima?. Porque está relacionada con el bienestar y con un funcionamiento psicológico adecuado. Los éxitos y los fracasos, la satisfacción con uno mismo, el bienestar psíquico y las relaciones sociales, llevan el sello de la auto-estima. Es importante para la vida personal, profesional y social. Tener una buena auto-estima y auto-concepto favorece el sentido de la propia identidad, es un marco de referencia para interpretar la realidad y las propias experiencias, y además influye en el rendimiento, la motivación, las metas que elegimos y en la salud y el equilibrio psíquico.
Es frecuente encontrar problemas de auto-estima en alteraciones como la depresión, en problemas de ansiedad, en los trastornos de conducta, en las dificultades de aprendizaje, la hiper-actividad, los trastornos de la alimentación, tanto en la anorexia y bulimia como la obesidad; es frecuente también en el alcoholismo, la drogadicción y conductas delictivas.
Es difícil establecer si una auto-estima pobre es la causa del trastorno o su consecuencia, aunque se establece que la causalidad es en ambas direcciones
En la medida en que nos consideremos valiosos, nos aceptemos con nuestras cualidades y debilidades, actuemos para mejorar y afrontemos los retos de la vida, estaremos potenciando nuestra auto-estima.
Ángela Carrera Camuesco
Psicóloga Especialista en Psicología Clínica.
Directora de CIPSA
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