La escritura tiene mil interpretaciones a los ojos de Manuel J. Moreno.
El psicólogo, psicoterapeuta y grafólogo asturiano nos sorprendió acercándonos su trabajo en una edición de los
‘Encuentros con…’, bajo el título “Firmar…
Escribir… Sentido y Significación Grafopsicológica”. Solo falto empapelar
el Espacio Fraile y Blanco de blanco y haber dado rienda suelta a las letras,
pero los cuadros de Guido Velasco se antojaban como un contexto perfecto, otra
obra digna de interpretaciones de lo más personal. Como lo fue la introducción de Jesús Mazón, siempre
gentil y cercano. Y de su repaso a la biografía del invitado el
protagonismo se centró en las preguntas
del Dr. Carlos San Martín Blanco, coordinador de CIPSA. Lo primero era entender
qué es la Grafología que, en
palabras de Manuel J. Moreno, corresponde al “estudio científico del grafismo. Aunque algunos no lo saben, los
grafólogos interpretamos el texto y la firma. Las técnicas grafológicas son
complementarias a otros conocimientos. Permiten hacer una valoración de
aspectos de la personalidad”. Señaló que “en los últimos años se le da un mayor credibilidad a la Grafología,
aunque aún mucha gente cree que es una opinión gratuita” y alertó de tener
cuidado con “ciertos ‘personajes’ que
venden humo”.
“La actitud puede verla el grafólogo en la escritura. Ayuda en procesos
de selección de personal”. Precisamente indicó que para este tema de
Recursos Humanos, “su fiabilidad está a
la altura de cualquier test”. Con su análisis, “podemos plantearnos si aparecen cualidades para el mando, si se trata
de un sujeto comunicativo”. Metodológicamente “primero hacemos un inventario, una evaluación registral de todos los
aspectos y propiedades grafonómicas en un escrito, sin valorarlo. Por otro lado,
conviene realizar una observación y un registro holístico, global. ¿Es
armoniosa, expresiva, tiene buena rítmia?”, se preguntó. En sus estudios
las interpretaciones son de lo más variado, “vemos escrituras muy ricas, personas, vivas y otras apagadas. Todo
ello inventariado, nos permite intimar más con la escritura”. Curiosamente
señaló que “el tributo que se paga por
la escritura rápida y dinámica es la legibilidad, pero a los ojos de un
grafólogo es interesante”. Su destreza es innegable, es más, explica así su
facilidad para la Grafología. “Vivo un
poco, no entre algodones, pero sí entre escrituras y firmas. Con un vistazo de
diez o quince minutos me permite indicar aspectos”. Como profesional, “no soy partidario de los informes
extensos. Hay que ir más al grano. Ser telegráfico”.
FALSOS POSITIVOS. Aunque se pueda esperar de sus
investigaciones llegar a todo tipo de conclusiones dejó bien claro que “es un craso error pretender diagnosticar
una psicopatología a través de la escritura. Van a aparecer muchos falsos
positivos”. Entre sus explicaciones, matizó que “el lenguaje, que tiene mucho que ver con la psique, nos da datos”.
Por ejemplo, el no puntuar “puede ser
despiste o más bien un gesto de rebeldía”, sin darle mayor importancia. Eso
sí, reiteró que “en cada escritura aparecen
muchas variables”. Y como decía, “el
punto, en general, tiene mucho que ver con el carácter y la atención. Puntos
muy débiles pueden significar debilidad personal. Las personas excesivas pueden
poner en peligro al propio papel, marcando su escritura”. Avanzando en las
conclusiones, subrayó que “existen
elementos en la escritura que son particularmente sensibles a la
sobreactivación que tiene lugar con ciertas emociones. El miedo y estados
depresivos, melancólicos, la fatiga...”, aparecen en sus estudios.
Curiosamente dijo que “el papel se
convierte en la propia circunstancia del escribiente, cómo se despliega ahí nos
da mucha informaciones”, aunque rebeló que “no todo en la escritura significa algo”. “¿Lo ven todo?, se preguntarán”, dijo dirigiéndose al público. Su
respuesta, “pues no siempre”. De
hecho, ante una pregunta de uno de los asistentes señaló que “sí se puede deducir de la Grafología que
una persona tiene rasgos claros de violencia, pero se puede inferir
incorrectamente”.
Una pregunta frecuente se refiere
a la evolución temporal de la letra de una persona, algo que explicó diciendo
que “nuestra escritura cambia en la
medida que nuestra personalidad va evolucionando, nuestro sentimiento con
nosotros mismos”. Para él es especialmente interesante “ver cómo ha ido evolucionando alguien, con escrituras en diferentes
edades y poder contextualizarlo”. “La
escritura cuesta mucho aprenderla, pero una vez que la adquirimos los
automatismos son plenamente autónomos”, comentó. Si algo quiso destacar es que
donde mejor ven la riqueza grafológica
“está en una escritura espontánea” y es que, según planteó “en la escritura aflora lo que somos. Si
hago una escritura muy cuidada no dejo de estar mostrando una fachada, reflejo
esa actitud”. A todos nos entra la curiosidad sobre las firmas falsas,
imitaciones y esa capacidad innata que algunos tienen para simular la escritura
de otros. Pero, mucho cuidado, que los grafólogos se las saben todas. “Difícilmente no vamos a detectar si
alguien quiere falsear la letra. Un virtuoso no se va a dedicar a engañar al
grafólogo”, dijo, entre risas.
A modo anecdótico y práctico, el Dr. San Martín Blanco pidió a Manuel J.
Moreno si podía trazar un perfil personal de los cuatro principales líderes
políticos, una vez visionadas sus firmas. Sus comentarios resultaron de lo
más curiosos:
“La firma de Pedro Sánchez (Partido Socialista): da preponderancia a la
parte social, el apellido. Está seguro en ese terreno. Es angulosa, detona
agresividad”.
“La firma de Pablo Iglesias (Podemos): se comporta en ámbito privado y
público similar, persona individualista, intuitivo, inseguro de origen”.
“La firma de Albert Rivera (Ciudadanos): se asemeja mucho a las claves
de Pedro Sánchez, puede explicar su entendimiento personal, ambos en
mayúsculas”.
“En Pablo Iglesias la firmeza de la que hace gala no es tan natural o
espontánea como la de Sánchez y Rivera. Son pragmáticos, combativos”.
“La firma de Mariano Rajoy (Partido Popular): estamos ante un hombre
intuitivo, persona familiar, ubicado en lo tradicional, cercano e
influenciable”.
VOLVERÁ. Al final, como siempre, el tiempo voló y nos quedamos con ganas de
más. La suerte es que en breve, a
partir de mediados de Septiembre, este interesante experto volverá a Cantabria. Lo hará con sus formaciones para grafólogos y
peritos grafológicos, que coordina
desde su Instituto de Grafología Analítica (www.institutografologia.es).
Le seguiremos la pista y le agradecemos
habernos despertado este interés por la escritura y su significación. Tanto
que desde CIPSA seguiremos dando espacio
a esta interesante técnica de letra a letra y para ello el próximo miércoles 11 de Mayo tendremos la Master
Class ‘Conócete a través de la
Grafología: Los Secretos de la Escritura’, con el grafólogo Marcelo Gutiérrez
Bury. A quien le inquiete saber qué implica cómo escribe o quiera descubrir
claves de su personalidad, ¡no puede
faltar! Será una clase intensiva de dos
horas, de 19:30 a 21:30 horas. Por sólo 20€/persona; o 15€/persona, si acudes
en pareja o con un amig@, verá sus palabras y las de los demás con otros
ojos. Los interesados en formar parte de
esta nueva actividad, deben llamar al teléfono 942.21.30.12 o visitar nuestro
centro (C/Emilio Pino, 6 - 7º A | Santander).
Poco más que añadir, sólo que en Mayo el Cine será protagonista de este
evento tan auténtico, cita fija para muchos fieles. Queremos mantener el misterio de quién tomará la palabra, en breve
podremos contar más, pero será un
encuentro de película, como siempre en el Espacio Fraile y Blanco. ¡Hasta entonces, reserven ya, amig@s, el
miércoles 25 de Mayo! Y quizá las galas de alfombra roja, quién sabe…
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