La Mediación Familiar es un
procedimiento estructurado y no invasivo, encaminado a la gestión y resolución
de conflictos que se producen entre dos o más personas, cuando la ruptura total
de las relaciones y la pérdida absoluta de la comunicación no es una opción
viable, pues existen intereses que subsisten. De esta forma, la ruptura de la
pareja no supone la extinción de la familia, sino que el grupo familiar se
reestructura y pasa a regularse por unas nuevas normas acordes a la nueva
situación.
Son características del proceso
de mediación familiar, la apertura de vías de comunicación entre las personas
en conflicto o “tender puentes”. Este procedimiento utiliza herramientas que
provienen de otros ámbitos de la terapia psicológica y puede resultar en sí
mismo terapéutico, pero no es terapia y no va encaminado a la reconciliación de
la pareja.
La Mediación Familiar es un
procedimiento estructurado, pero también es un proceso flexible y se desarrolla
al margen del procedimiento judicial, ya sea como alternativa o ya sea
paralizando el proceso judicial ya iniciado hasta el término de la mediación.
Se trata de un sistema no adversarial, cooperativo, en el que se persigue la
apertura de vías de comunicación suficientes para pacificar el conflicto y
salvaguardar intereses superiores a los propios de las partes participantes,
como son el interés de los hijos y el resto de los familiares implicados en las
relaciones emocionales. Y otros intereses, como la dignidad de cada una de las
partes o la convivencia pacífica y harmoniosa.
El procedimiento de Mediación
Familiar se desarrolla además bajo el principio de la voluntariedad, es decir,
el sometimiento a mediación familiar es exclusivamente voluntad de las partes,
y han de consentir ambas partes.
Además, el mediador o mediadora
ha de mantener de forma casi escrupulosa una equidistancia entre las partes y
con el objeto o circunstancias de la mediación, es decir, ha de ser neutral e
imparcial. Esto quiere decir que el mediador no puede tomar partido por ninguna
de las partes en conflicto, aunque sí que puede y debe equilibrar situaciones
descompensadas, para colocar a ambas partes en una situación equilibrada para
poder negociar y tomar decisiones. Y debe ser neutral, es decir, el asunto que
se somete a mediación no es asunto del mediador, no ha de tener ninguna
relación con el mediador, y éste, no tiene ningún interés en que la mediación
se resuelva en ningún sentido en concreto.
Todos los asuntos así como el
desarrollo, las sesiones, nombres, etc. relacionados con la Mediación Familiar
deben ser consideradas confidenciales, lo que significa que la persona que
media no debe revelar ninguna información que haya obtenido durante el
procedimiento o con ocasión del mismo, a menos que obtenga el consentimiento
expreso de ambas partes o que así lo requiera la legislación nacional. Se
establece la idea de que la persona mediadora no puede
estar obligada a redactar informes en los que se refleje el contenido de las
discusiones llevadas a cabo durante el procedimiento. No obstante, esta
confidencialidad no es absoluta, por un lado, las partes pueden acordar que la
información obtenida durante el proceso pueda ser utilizada en un proceso
judicial posterior.
Es un procedimiento que funciona
muy bien en conflictos por la separación de la pareja, en que el fin de la
pareja no va a suponer el fin de la familia. Pero también se utiliza para
resolver otros conflictos como los que surgen por cambios en la situación
familiar: herencias, cambios de trabajo, conflictos evolutivos con hijos
adolescentes… Es decir, que la Mediación Familiar está especialmente indicada
para gestionar todo tipo de conflictos en que se dé la característica de
“familiar”, relaciones económico-jurídicas en las que además, se dé esta
característica, que las personas relacionadas forman parte de un grupo familiar
en sentido amplio. Ya que el procedimiento de mediación familiar toma en cuenta
y gestiona las emociones y situaciones que nacen de lo familiar, no sólo de lo
económico-jurídico. Por tanto, se puede derivar a Mediación Familiar todo
conflicto que nace de una relación familiar, o algún aspecto del conflicto
sobre el que no hay acuerdo.
Jose Ángel García
Unidad de Medicación Familiar y Resolución de Conflictos de CIPSA
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