viernes, 28 de octubre de 2016

El inconsciente toma la palabra




Lo desconocido siempre despierta una curiosidad insólita. De ahí que la apertura de la quinta temporada de nuestros ‘Encuentros con…’ resultara un auténtico éxito. Las palabras y reflexiones del psicoterapeuta asturiano Manuel J. Moreno nos aseguraban un interés que se traslada a capítulos y párrafos por descubrir en su último libro, ‘Anima Mundi: La Silenciosa Presencia de lo Inconsciente’. Precisamente el inconsciente era el eje vertebral de nuestro icónico evento, regresando al mejor escenario posible, el Espacio Fraile y Blanco. En sus mandos nuestro amigo y cómplice Jesús Mazón, encargado de dar la bienvenida e introducir al invitado. El mismo que hace unos meses nos instruyó sobre el apasionante mundo de la Grafología, pero, en esta ocasión, dejamos las firmas a un lado y nos centramos en reflexiones de la Psicología más profunda. Sin duda, gracias al gran trabajo de Ángela Carrera Camuesco, Directora del centro y Psicóloga Clínica, que llevó a cabo una entrevista intensa, cargada de focos de interés.

El invitado comenzó su discurso recordando su fascinación infantil por los sueños, algo que creció con él. «A lo largo de mi vida siempre ha existido este mito de lo inconsciente», dijo. Ahí fue donde aclaró que inconsciente, «por definición, es lo que no conoces o ignoras». Según sus palabras, «todos soñamos y la psique sigue buscando respuestas y elaborando salidas». Eso sí, quiso aclarar que ‘Anima Mundi…’ «no es un libro de autoayuda en sí, también lo es filosófico, autobiográfico...». Fueron muchas sus consideraciones, pero insistió en que «si uno es inconsciente de sus verdaderas necesidades, las cosas no van a ir bien, aparecerán síntomas de malestar». También quiso reflejar que «la psicoterapia tiene un enfoque que la persona no se tiene muy en cuenta a sí mismo, lo que es en el fondo».

TEORÍAS. En todo momento la figura de Carl Jung, médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, sobrevoló sus comentarios, como sucede en las páginas de su ensayo. También hubo ocasión de recordar cómo «en principio, hubo un abuso de hablar del inconsciente, de atribuirle enfoques muy teóricos. El conductismo fue una reacción a ello». Eso sí, añadió que, «hoy en día, se tiene muy claro, y nadie discute, que la mayor parte del procesamiento psicológico y emocional es inconsciente». Incluso, a su juicio, en la actualidad, «se habla más de lo inconsciente porque hay gran insatisfacción. El sentido de la vida está un poco perdido y se bucea en la psique». Aclaró que «la psique no es lo que yo manejo voluntariamente, o no lo es en su totalidad. El encuentro con el síntoma es un encuentro con uno mismo». Pueden parecer palabras mayores, pero su visión es que «el sentido de la vida es vivir la vida a tu manera, de acuerdo a lo que realmente pulsa en ti, al propio ser. No es una teoría o una creencia».

Se refirió también a la ‘new age’, que «suele pretender un desarrollo, la unilateralidad del yo. Un cultivo psicoemocional de la parte consciente y el yo es una parte». Según Manuel J. Moreno, «en las profundidades de lo que somos existen muchas cosas desconocidas». «Lo psíquico e inconsciente es una presencia. Solamente con que uno se ocupe más de sí mismo la respuesta es muy abundante», dijo. Eso sí, hay algo que va más allá de nosotros mismos, «la psique objetiva, impersonal, que tiene millones de años. Con sus motivaciones, tendencias y respuestas arquetípicas, instintivas». Por lo tanto, no debemos olvidar que, como señaló, «yo realizo mi individualidad en el marco de la realidad de la condición humana».

Y EL FINAL... El tema de la muerte agudizó el silencio de la sala. «Desde la experiencia sabemos que hay otra forma de consciencia. Un trasfondo inconsciente, que late hasta el último momento», compartió. Al referirse a enfermos en coma o terminales su posición fue clara, «que yo no pueda expresarme, no quiere decir que no haya un procesamiento a nivel profundo». Defendió que «anular la consciencia es una muerte social. Es importante respetar los propios mecanismos de la naturaleza». Reveló que «lo inconsciente tiene una claridad con respecto a la inminencia de la muerte. Hay que dejar que haya una asimilación de ese final». Un final que define con rotundidad. «La muerte no es lo contrario de la vida. Es lo contrario del nacimiento. La muerte es vida», manifestó.

Si algo quedó claro de sus planteamientos es que «hay una realidad desconocida», pero añade más, «no hay un destino escrito, sino que hay acontecimientos que corresponden a estados anímicos». En su opinión, «no es posible una plenitud si depende de una realidad idealizada. Debes estar conectado con la realidad genuina». Y acabó matizando que «el sentido de la vida es vivirla y vivirla no es que lo que habitualmente hacemos». ¿A qué esperamos?

El tiempo voló y fueron unas pocas las preguntas de los asistentes que el psicoterapeuta asturiano tuvo ocasión de contestar. Aunque, de forma distendida, al finalizar el encuentro pudo charlar con los más entregados. Sin duda, agradecer a Manuel J. Moreno su presencia y la cantidad de pensamientos que nos regaló. Es todo un lujo contar con la visita de compañeros como él. El próximo 30 de Noviembre volverán los ‘Encuentros con…’, en esta ocasión, con un tema de lo más actual. Bajo el título ‘Acoso Escolar: No nos quedemos callados’, intervendrá la psicopedagoga y logopeda de CIPSA, María Jesús Franco Domínguez. Como siempre, será a las 20:30 horas, en el Espacio Fraile y Blanco (C/Río de la Pila, 13 | Santander). Las entradas podrán recogerse en nuestro centro, situado en la C/Emilio Pino, 6-7ºA | Santander. ¡Hasta entonces!

viernes, 14 de octubre de 2016

El psicólogo Manuel J. Moreno hablará de lo inconsciente en la reapertura de los ‘Encuentros con…’




Pasado el verano, inauguramos la quinta temporada de los ‘Encuentros con…’, invitando a Manuel J. Moreno, Psicólogo y Psicoterapeuta asturiano. Será el día 26 de Octubre, como siempre, el último miércoles de mes, en el Espacio Fraile y Blanco (C/Río de la Pila, 13 | Santander). Ángela Carrera, Psicóloga Clínica y Directora de CIPSA, coordinará el evento, que servirá de presentación del libro de J. Moreno, ‘Anima Mundi: La Silenciosa Presencia de lo Inconsciente’. En el texto, publicado por Ediciones Obelisco, llama la atención sobre los velos del psiquismo humano: el alma inconsciente. Asimismo, invita a volver la mirada hacia el inconsciente profundo, como fuente de creatividad y de saberes ancestrales.

En estos años, más de una treintena de invitados han pasado por este formato divulgativo, planteado a modo de entrevista, tratando diferentes temáticas, siempre vinculadas a la Psicología y las Humanidades. Como en todas las ediciones, el acceso al encuentro será libre, aunque se precisa recoger entrada en nuestro centro (C/Emilio Pino, 6 - 7ºA| Santander). Las intervenciones de los diferentes protagonistas de los ‘Encuentros con…’ están recogidas en este blog y, en formato vídeo, en nuestro canal oficial de Youtube (CIPSAONLINE).

MANUEL J. MORENO es Licenciado en Psicología por la UNED; Grafología por la Sociedad Española de Grafología (SOESPGRAF); Máster en Grafística, Grafopatología y Grafología Forense por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB); y experto universitario en Comportamiento No Verbal por la Universidad Camilo José Cela (UCJC), de Madrid. Actualmente, coordina un grupo de meditación zen, en Gijón.

jueves, 6 de octubre de 2016

La Envidia




Hola, de nuevo, a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. Hace unas semanas que estamos hablando sobre la amistad. Una de las dificultades para que se produzca es la ENVIDIA. Esta es una emoción, lo mismo que lo son la ansiedad, la alegría, la tristeza, y muchísimas más. La envidia es un sentimiento que produce malestar y nos hace comportarnos de forma destructiva. Es un sentimiento universal y no depende de la edad, del género ni de nivel socioeconómico ni cultural. La envidia es muy antigua, tanto como el ser humano.

Este sentimiento es consecuencia de dos procesos psicológicos: el DESEO y la COMPARACIÓN. Es decir, se produce al compararse con los demás y al desear lo que el otro tiene. El deseo y la comparación son necesarios para el desarrollo de los seres humanos, pero hay que controlar que se den de forma adecuada y controlar sus efectos. La envidia se da cuando esa comparación u ese deseo no conseguido, se perciben como una amenaza para la propia valía. Cuanta mayor es la diferencia entre lo que uno tiene o lo que uno es y lo que le gustaría ser o tener, mayor probabilidad hay de sentir envidia.

Casi siempre se envidia a personas cercanas con las que se tiene una relación de igualdad, es decir estar al mismo nivel, por ejemplo, entre hermanos, con los compañeros de clase, o con los compañeros de trabajo. El envidioso se compara con ellos para valorarse a sí mismo y, si ellos tienen algo que él quiere, el envidioso se siente en un lugar inferior y no lo acepta. Pero también pueden envidiarse personajes públicos o imaginarios, sin aceptar que otro haya conseguido lo que él quería.

En general, se envidia lo que no se tiene. Ya sean cosas, cualidades o relaciones. Sobre todo, si eso sirve para valorarse a sí mismo. Las cosas que se suelen envidiar cambian con la edad y también depende de cada persona y su sistema de valores y de la cultura en la que vivamos.

Lo que se envidia con mucha frecuencia suele ser el prestigio y reconocimiento, el estatus laboral, el poder y el dinero. Pero puede ser cualquier cosa que pueda desearse y aumente la propia valía. Por ejemplo, una persona que valore mucho la belleza, es probable que envidie el pelo, el tipo, los ojos de otra persona, y menos su trabajo.
           
ENVIDIA DESTRUCTIVA. Cuando hablamos de envidia sin más, nos referimos a la envidia destructiva. Es muy, muy difícil reconocer que se tiene este sentimiento, ya que no se reconoce que en el fondo las cualidades que está criticando son las que admira en el otro. Muchas personas sí reconocen tener ENVIDIA SANA y no produce los efectos negativos de la otra. Es lo que llamaríamos ADMIRACIÓN, en la que las cualidades de “el otro” no suponen una amenaza y no nos sentimos excluidos y no genera acciones destructivas.

La envidia va a tener siempre consecuencias negativas para el envidioso y, en ocasiones, esas consecuencias negativas también puede sufrirlas el envidiado. El envidioso va a tener un gran MALESTAR EMOCIONAL: con tristeza, sufrimiento, ansiedad, rabia,… Esto hace que sea más difícil conseguir lo que envidia. En la envidia sana no hay este malestar, sino que puede motivarnos a conseguir lo que deseamos.

El envidioso no tiene EMPATÍA, no sabe ponerse en el lugar del otro para comprender su situación y aceptarla. Es difícil que se entienda a sí mismo y a los demás. En la envidia sana si somos capaces de ponemos en el lugar del otro y entendemos y aceptamos.

Cuando la envidia es muy intensa o forma parte del modo general de actuar, se envidia a tantas personas, por tantas cosas, que empieza a tener serias dificultades en relacionarse y la persona empieza a estar AISLADA. En la envidia sana no hay este tipo de dificultades, incluso puede mejorar las relaciones con quien se admira.

Se llega a desear la destrucción del envidiado, y se dan otras emociones asociadas como la agresividad y la hostilidad. Hay críticas muy duras y frecuentes para rebajar lo que se envidia y dejar de envidiarlo. Pueden incluso provocarse situaciones de violencia hacia el envidiado y todo lo que le rodea.

PREVENCIÓNPara prevenir la envidia es importante aprender desde niños una serie de aspectos importantes, y si ya la tenemos será cuestión de intentar mejorar en dichos aspectos. Me refiero a por ejemplo la capacidad de EMPATÍA, de saber ponerse en el lugar del otro ayuda a comprender y confiar en sí mismo y en los demás.

Hay que aprender a RELACIONARSE de forma positiva con los demás, sobre todo con los iguales, adquirir habilidades para el AUTOCONOCIMIENTO (comprender lo que se siente y por qué y aprender a modificar nuestros creencias y pensamientos inadecuados como la ira, la hostilidad, la depresión,…), aprender a hacer comparaciones adecuadas, a conocer nuestras capacidades y plantear objetivos asequibles y progresivos.

Por último, todo esto favorece una autoestima equilibrada. De ésta hay que hablar bastante más, ya que es el corazón de nuestra personalidad. Pero esto será en otro blog. Muy atent@s a próximas entregas.

Un abrazo de 20sg para cada lector.
Ángela Carrera
Psicóloga Clínica
Directora de CIPSA