miércoles, 14 de septiembre de 2016

La Amistad (II)




Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. Vamos a completar el blog de la semana pasada. Me encanta imaginar que habéis hecho el ejercicio que os propuse de análisis personal y de comparación. Así descubriremos mejor si aportamos o no las características que tiene una buena amistad, y… aclaramos qué es eso de “Soy muy amigo de mis amigos”.

A lo largo de la vida vamos estableciendo numerosas relaciones interpersonales en las que volcamos nuestro afecto, dependiendo de la afinidad que sentimos por esas personas, de la intensidad y frecuencia de la relación y de la reciprocidad afectiva que sentimos (de forma más o menos consciente).

Para que una amistad crezca y se desarrolle se necesita invertir y compartir TIEMPO. Es cierto que a veces hace mucho que no vemos a los amigos y al reencontrarnos, sentimos que fue ayer cuando nos vimos. Pero eso ocurre cuando se ha establecido una amistad auténtica previamente.

Para considerar auténtica una amistad, tienen que darse una serie de condiciones:

- Sinceridad: no decir una cosa y hacer o pensar otra.
- Confianza: se respetan los pactos; se es leal y trasparente.
- Se desea el bien del amigo, no solo de palabra, sino de hecho.
- Disponibilidad: se está presente cuando es necesario.
- Quien obtiene un beneficio no debe aprovecharse, ni cansar agradeciéndolo.
- Valoración de las virtudes del otro y aceptarlo como es.
- La amistad es fresca y ligera, hasta cuando es heroica.
- No exige darlo todo ni mentir.
- No castiga, no amenaza, no hace chantaje.
- La amistad es libre y serena y es incompatible con la exclusividad.
- Un amigo es aquel a quien le gusta hacer el bien a otro, desea hacérselo y considera que sus sentimientos son correspondidos.

No sé si estáis de acuerdo en todo o en parte. Ojalá os aporte cosas nuevas o haga conscientes cosas que ya intuíais. No es tan fácil ser un buen amigo o encontrarlo. De hecho, siempre se ha dicho que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y eso no es solo porque sea algo difícil de encontrar, si no por los beneficios que los científicos han encontrado a la AMISTAD.

Los americanos, muy amigos de los estudios, encuentran en algunas de sus investigaciones (Laura Klein, de la Universidad Estatal de Pennsylvania) que no tener amigos puede ser tan dañino para la salud como el tabaco o el sobrepeso.

Los vínculos sociales disminuyen el riesgo de algunas enfermedades al reducir la tensión arterial, las afecciones cardíacas y el colesterol, activa el sistema inmunológicoLas relaciones de amistad activan ciertas áreas del cerebro liberan hormonas que facilitan la relajación y el bienestarEl afecto que surge de la amistad mejora nuestro equilibrio psicológico.

La amistad es una forma de amor que se basa en la comunicación, el apoyo mutuo, la comprensión, el cariño. Esta relación favorece la colaboración, el intercambio, el reconocimiento del otro, la alegría compartida y reduce la agresividad la desconfianza y las actitudes defensivasSe reduce la incertidumbre, mejora nuestro control y nuestra autoestima.

Favorece descubrir nuestra singularidad, conocernos más y entendernos mejor a nosotros y al mundo y nos ayuda a ver las cosas desde otros puntos de vista (empatía, mayor realismo). Combate y alivia la soledad (inherente al ser humano y la existencia misma). El sentimiento de soledad se combate mejor entre amigos que con la familia, ya que las relaciones familiares no han sido elegidas y además con los amigos hay más reciprocidad.

Hasta aquí por hoy. La próxima semana remataremos el tema, diferenciando la amistad con otras relaciones con las que podemos confundirla. Además os daré algunas ideas para hacer amigos.
  
Un abrazo de 20sg para cada lector.
Ángela Carrera
Psicóloga Clínica
Directora de CIPSA

No hay comentarios:

Publicar un comentario