jueves, 4 de agosto de 2016

¿Cómo pensamos?



¿Qué es la cognición? Es la actividad mental humana y sus productos, esto es, el conocimiento; tanto el proceso como el resultado. Implica considerar al ser humano como un buscador de conocimiento, en permanente autoconstrucción, que tiene objetivos y los planifica, y que también tiene recuerdos y sesgos al hacer su propia construcción del mundo, de su realidad.

El pensamiento es una actividad mental que requiere esfuerzo. Ocurre siempre que nos referimos a una situación o tarea en la que nos sentimos inclinados a hallar una meta u objetivo. Se trata de un proceso mental de alto nivel que se asienta en procesos más básicos (memoria, atención, representaciones…), pero que incluye elementos funcionales adicionales como esquemas, estrategias, reglas o heurísticos.

Estas cuestiones se relacionan con la cuestión de la analogía mente-ordenador, que surgió con gran fuerza a partir del desarrollo de las ciencias informáticas, y que tuvo una gran influencia en la psicología cognitiva. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, a pesar de que dicha analogía ha sido explotada tanto en el desarrollo de sistemas informáticos como en el planteamiento de hipótesis psicológicas, se trata de una analogía relativa, ya que las diferencias en el aspecto estructural o hardware son numerosas e importantes: por ejemplo, la conexión entre las unidades básicas de cada sistema (circuitos de silicio en uno y neuronas en otro) es mucho mayor en el sistema nervioso humano que en un ordenador. Esta analogía ha desterrado los enfoques con grandes debilidades metodológicas y ha dotado a la psicología cognitiva de un vocabulario, unas directrices y una instrumentación adecuadas para el estudio de la mente.

Para entender  mejor “el pensamiento” es necesario conocer algunos conceptos fundamentales:

Limitaciones en la capacidad de procesamiento

El cerebro humano tiene una capacidad limitada. Por su parte, los procesos cognitivos necesitan tener a su disposición determinados recursos para funcionar. Los recursos que serán requeridos para ejecutar adecuadamente una acción dependerán de las características del sujeto, las características de la tarea a realizar y las de la situación. Las dificultades para concentrarse en algo concreto o para seguir el propio curso del pensamiento podrían explicarse por la limitación básica en la capacidad para procesar la información. Dicha limitación podría tener su origen en alteraciones a nivel neurológico, en problemas emocionales o en conflictos personales.

Procesamiento selectivo

La mente selecciona ciertos estímulos, situaciones o tareas, y a la vez ignora otras que podrían interferir con la ejecución de las seleccionadas. Hablamos de la atención selectiva.

Etapas de procesamiento

¿Cómo y qué se selecciona? Los modelos más sencillos postulan que los subprocesos son etapas o fases de procesamiento independientes entre sí, lineales y secuenciales: una vez acabada una comienza la siguiente. Cada una de las etapas recibe información de la anterior, realiza ciertas transformaciones y da lugar a un output que es recogido por el siguiente subproceso, que a su vez trabajará sobre la información recogida, y así sucesivamente.

Este tipo de modelos ha recibido multitud de críticas, centradas sobre todo en su excesiva simplicidad a la hora de caracterizar el procesamiento humano. Actualmente, los teóricos investigadores de las etapas de procesamiento plantean el sistema cognitivo como un conjunto de módulos de procesamiento, cada uno de los cuales está dedicado a realizar un tipo específico de transformaciones. Algunos de estos módulos reciben información directamente del entorno y otros la reciben de otros módulos. Algunos de ellos están involucrados en la propia estructura del yo, mientras que otros pueden estar bajo control voluntario. En definitiva, la manera en la que se organizan para llevar a cabo una determinada tarea es bastante más complejo que el que se planteaba en los primeros modelos secuenciales.

Aun siendo más elaborados que en los primeros momentos de estudio, los modelos lineales siguen presentando serias limitaciones a la hora de explicar la complejidad de la organización mental del ser humano.

Procesamiento en paralelo

Muchas veces la solución a un problema, o el afrontamiento adecuado de una situación, no exige su descomposición en pasos más pequeños, y no exige que todos los componentes se hayan realizado adecuadamente para llegar a una solución final correcta.

La solución se logra de una manera más global: se analizan varios aspectos a la vez, simultáneamente, en paralelo.

Para entender este tipo de procesamiento, es necesario conocer tres características básicas del procesamiento de la información:

- La presencia de un procesamiento paralelo contingente.
- La presencia de jerarquías y estructuras de control.
- La puesta en marcha de procesos y estrategias automáticas vs controladas.

Ésta es la visión más aceptada actualmente acerca de cómo funciona habitualmente la mente humana; excepto en aquellas tareas que exijan, por su propia naturaleza, un procesamiento lineal.

Procesamiento paralelo contingente. Modelos abajo-arriba y arriba-abajo.

Cuestionándose el requisito de que la realización completa de una tarea fuese necesaria para que se iniciara la siguiente, varios teóricos plantearon la posibilidad de que el output de un proceso concreto de una etapa fuese continuamente accesible a los demás procesos, a las demás etapas. Esto significa que una etapa  puede comenzar antes de que la anterior haya finalizado. Implicaría, por tanto, que todas las etapas estarían operativas simultáneamente (vs secuencialmente). Implica, además, que las operaciones que se ejecutan en las diferentes etapas de procesamiento están influidas cualitativamente, y no sólo cuantitativamente, por los resultados que se están produciendo en las fases previas.

Asimismo, dado que la actividad cognitiva no es una respuesta pasiva a un input, se plantea también que se produce un efecto de retroalimentación entre las etapas. Por este proceso de “feedback”, todas las etapas se convierten en emisoras y receptoras, pudiendo producirse cambios en las “primeras” etapas en tanto que las “últimas” envíen información de éxito o fracaso en la tarea que les competa en un cierto momento.

Los modelos que investigan sobre el flujo de información desde los niveles inferiores hasta los superiores se denominan “abajo-arriba” o “bottom-up”; los que analizan el flujo de la información desde los niveles superiores hacia los inferiores, “arriba-abajo” o “top-down”.

Jerarquías de control

Los distintos tipos de actividad cognitiva están continuamente interactuando entre sí. El aprendizaje de habilidades y destrezas motoras está íntimamente relacionado con el procesamiento perceptivo; solucionar un problema requiere casi siempre de la recuperación de datos de la memoria.


Para explicar esta manera de actuar de la mente se ha recurrido a caracterizar la mente humana como dotada de estructuras de control. Se supone, así, que las actividades cognitivas están organizadas siguiendo una jerarquía, situándose en el vértice de la jerarquía una estructura que controlaría la organización. No se refiere a secuencialidad sino a control jerárquico. ¿Cuál es esa estructura superior? Para muchos autores sería la conciencia.

Área Clínica de CIPSA
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