viernes, 7 de noviembre de 2014

Los celos: aprende a superarlos



Los Celos o 'el vicio de la posesión', como los denominaba Jacques Cardonne, han sido desde hace siglos, no sólo una fuente inagotable para la literatura, sino también el origen de infinidad de acontecimientos trágicos. Pero debemos definir básicamente los celos como una emoción negativa, generadora de ansiedad y provocada por un pensamiento recurrente de miedo a perder al otro, por lo que su rasgo más destacado es la desconfianza y la sospecha permanente.

Sin duda los celos constituyen un problema profundo y complejo que se relaciona con la propia historia de la humanidad, en la que cumple funciones relacionadas con la supervivencia de la especie humana. Involucra a hombres y mujeres, y en ambos es expresión del miedo a que la persona amada nos abandone y sustituya por otra persona. Tienen por tanto una importante y universal función porque permiten la construcción de relaciones monogámicas y fieles. Así, los celos funcionan como un mecanismo de defensa por medio del cual las personas garantizan la permanencia de su pareja y protegen la relación de actuales o potenciales intromisiones.

Ante la percepción o fantasía de que tal amenaza existe, la persona toma acciones encaminadas a eliminarla o disminuirla. Las reacciones generadas a partir de los celos son muy variables y van desde ejercer vigilancia sobre la pareja buscando pruebas de que el otro ha establecido una relación paralela hasta las demostraciones claras de agresividad y violencia.

La rabia, culpa, tristeza o humillación, son sensaciones también relacionadas con los celos, que motivan un comportamiento que típicamente busca el alejamiento del tercero o la prevención de que la pareja abandone la actual relación.

Los celos no son amor

Aunque sufrir celos de forma moderada es una respuesta emocional que podemos considerar normal, sentirlos de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico. Los celos, en contra de lo que podría parecer y de lo que sugiere nuestro concepto social romántico del amor, no siempre son consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se necesita, se quiere, o se desea a nuestra pareja.

Y además es frecuente que quienes padecen con más frecuencia estos ataques de celos sean personas muy centradas en sí mismas, en las que hay, más que amor o miedo a la soledad, otras causas como sentimientos de posesión del otro, de inseguridad en uno mismo, deseo de controlarle o envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional del otro...

¿Qué nos hace celosos?

"En los celos hay más amor propio que amor", François de la Rochefoucauld.

Los principales factores que pueden contribuir a que una persona sea especialmente celosa son:

* Experiencias familiares previas: Es frecuente que una persona que ha presenciado escenas de celos entre sus padres tenga una mayor predisposición a ser celoso que otra cuyos padres se sentían seguros el uno del otro.

* Experiencias Personales traumáticas: las personas que han sido traicionadas alguna vez por alguien en quien confiaban es más probable que posteriormente desarrollen una conducta de celos.

* Falta de confianza en uno mismo: las personas inseguras no se sienten con frecuencia merecedoras del amor de su pareja y esto les lleva a desconfiar del amor del otro. Con frecuencia piensan que en cualquier momento su pareja puede conocer a alguien mejor y abandonarle.

* Algunos trastornos psicológicos: Personalidades narcisistas, paranoides o histriónicas tienen una mayor tendencia a desconfiar continuamente de los demás y a desarrollar una celotipia.

¿Se pueden controlar los celos?

Si bien la existencia de los celos es, como vemos, universal y puede basarse en situaciones reales o fantaseadas, es posible encontrar ciertas pautas para intentar manejarlos de forma que nos permitan construir relaciones de pareja adecuadas.

* Evita pensamientos negativos que provocan que el problema de los celos se agrave e intenta sustituirlos por otros de seguridad y confianza que ayuden a frenarlos. Trata ser objetivo y aprende a diferenciar entre lo que son hechos reales y lo que puede estar manipulando tu imaginación. Esto no es otra cosa que tomar verdadera conciencia del problema e intentar hacer algo al respecto.

* Procura ser más flexible y dejarle su espacio a tu pareja: evita ese impulso que te lleva a controlarle y preguntarle sobre lo que hace y con quien. De esta forma lo único que vas a conseguir es que se sienta cada vez más agobiado y atosigado.

* Cuenta lo que te ocurre a algún amigo de confianza y pídele opinión. Ocultar el sufrimiento y negarlo hace que se potencie cada vez más. Los puntos de vista de otras personas ayudan a analizar lo que nos ocurre de forma más objetiva y a encontrar soluciones que no se nos habían ocurrido.

* Reflexiona sobre lo que te ocurre e intenta aclarar tus ideas. Esto te ayudará a exponer tus sentimientos con sinceridad, a descubrir tus miedos, necesidades, etc. Y una vez detectado el problema procura poner todos los medios a tu alcance para solucionarlos.

* No utilices amenazas, habla claramente de lo que te ocurre y no te ciegues con la rabia. Intenta buscar soluciones al problema.

* Procura ser responsable de lo que sientes, no culpes de ello a nadie y no olvides que tus actos dependen de ti, y que eres la única persona que puede cambiar tu conducta ante lo que estás sintiendo.

Cuando los celos son patológicos

"Al ser celoso, sufro cuatro veces: por sentirme excluido, por ser agresivo, por ponerme como un loco y por ser tan ordinario", Rolando Barthes.

► Pese a todo lo anterior no debemos olvidar que en algunos casos en que los celos son muy frecuentes, intensos o duraderos, y surgen sin ningún motivo, se vuelven patológicos. Esta situación produce un sufrimiento intenso en quien los sufre y en su pareja, apareciendo conflictos cada vez más graves que van provocando un deterioro progresivo de la relación. El celoso, por su patológica desconfianza y su pareja por el deseo de control permanente a que los celos de su pareja le someten.

Es entonces cuando es aconsejable acudir a un profesional especializado en Terapia de Pareja ya que la situación se les puede estar escapando de las manos.

Algunas de las ideas irracionales que provocan celos patológicos con frecuencia son:

* Mi pareja debe amarme mucho y en todo momento mientras yo quiera que sea así.

* Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir.

* Es terrible que mi amor no sea correspondido y eso hace que mi vida sea horrible.

* No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como yo a ella/él.

* Como no he conseguido que mi pareja me quiera como tendría que quererme, soy una persona inadecuada e indigna de amor.

* Si mi pareja me deja nunca encontraré a nadie a quien amar y seré infeliz toda mi vida porque no puedo ser feliz sin alguien a mi lado.

* Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mí y pensarán que soy un idiota, y eso no podría soportarlo.


Son muchas, por tanto, las parejas que tiene que enfrentarse cotidianamente al problema de los celos y a la inseguridad y desconfianza que suponen. La diferencia entre culpar al otro o afrontar responsablemente esta situación es, muchas veces, la clave para la continuidad o no de la relación.


Dr. Carlos San Martín Blanco
Médico. Sexólogo. Psicoterapeuta Sexual, Familiar y de Pareja.
Coordinador del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud (CIPSA), de Santander.

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